Santiago. AFP. La exmandataria socialista Michelle Bachelet prometió ayer que el primer proyecto que presentará, en caso de ganar las elecciones presidenciales chilenas de noviembre, será una ley que termine con el lucro en la educación, foco central de masivas protestas estudiantiles en los últimos años.
Tras retornar el miércoles a Chile y anunciar su disposición a ser candidata, Bachelet inició sus actividades de campaña con un encuentro con vecinos de la comuna de Conchalí, en el norte de Santiago, donde anunció que la educación sería el centro de sus primeros días de un eventual segundo mandato.
“El primer proyecto que voy a enviar al Congreso es un proyecto para poner fin al lucro y avanzar en la gratuidad de la educación en todos sus niveles”, afirmó Bachelet, quien gobernó Chile entre 2006 y 2010 y hoy es favorita para triunfar el próximo 17 de noviembre.
El fin del lucro en la educación, prohibido por ley pero burlado por medio de una serie de resquicios, junto a una educación pública gratuita y de calidad, son el centro de las demandas estudiantiles que estallaron en Chile en el 2011.
El jueves, un día después del arribo de Bachelet a Chile luego de permanecer los últimos tres años a cargo de la oficina ONU-Mujer, unos 20.000 estudiantes marcharon por Santiago en demanda de una profunda reforma educacional que acabe con el lucro y fortalezca la alicaída educación pública.
“No podemos seguir con ajustes o reformas pequeñas”, dijo Bachelet ayer, en alusión a las propuestas implementadas por el gobierno del derechista Sebastián Piñera para hacer frente a las demandas estudiantiles, que han incluido una merma en los intereses de los créditos universitarios y un mayor número de becas, mas no gratuidad.
Antes de los conflictos que se reanudaron en el 2011, los estudiantes de secundaria habían mantenido en jaque a Bachelet en el 2006 y causaron la salida del entonces ministro de Educación, al exigir la abolición de una ley que traspasó a los municipios la administración de las escuelas públicas. Consideran que debilitó la calidad.
Producto de reformas liberales impuestas por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), el sistema educativo es considerado uno de los más segregados del planeta.
Hoy, cada vez menos escolares asisten a colegios públicos gratuitos. La mayoría va a escuelas privadas donde las mensualidades se pagan de forma compartida entre los padres y el Estado, y en que los sostenedores o dueños reciben suculentas ganancias.