Miles de familiares de los 8.000 hombres y niños musulmanes masacrados en Bosnia en 1995 se reunieron ayer para enterrar a 600 víctimas de las atrocidades en Srebrenica, considerada la peor en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Hombres y mujeres, parte de un grupo de unas 10.000 personas, lloraron mientras descendían los ataúdes envueltos en las tradicionales telas verdes islámicas en un campo en el este de Bosnia.
Ese es el lugar de descanso final para aquellos que fueron asesinados por los bosnios serbios en Srebrenica el 11 de julio de 1995, pese a la presencia de las tropas de paz de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las tumbas, con paneles verdes que llevan los nombres de los muertos, cubrieron una parte del cementerio que alberga a todas las víctimas de Srebrenica. El lugar será el mayor cementerio de musulmanes muertos en la guerra de Bosnia entre 1992 y 1995.
Los serbios bosnios capturaron el enclave –que fue declarado “zona segura” por la ONU– en julio de 1995, mientras tropas de paz holandesas vigilaban el lugar.
Un informe difundido en abril pasado forzó la renuncia de todo el gabinete holandés por la incapacidad para evitar la masacre.
El lugar
El cementerio se encuentra cerca de la zona en que las fuerzas serbias dividieron a los hombres de las mujeres antes de matarlos.
Los hombres y mujeres musulmanas, que normalmente se separan para sus oraciones, se unieron ayer durante los entierros.
Una visiblemente impactada Hodzic Aza enterró a un hijo y un hermano.
“Gracias a Dios que ahora sé donde están”, dijo tras el entierro. “También espero encontrar a mi esposo, a otro hermano y mi suegro”. Todos desaparecieron cuando cayó Srebrenica.
Cerca de 7.500 bolsas con los restos de las víctimas de la atrocidad fueron exhumadas de 60 fosas comunes, pero hasta el momento solo 850 fueron identificadas con análisis de ADN.
La máxima autoridad musulmana en Bosnia, Mustafa efendi Ceric, dijo las oraciones observado por docenas de funcionarios y diplomáticos.
“Que Dios perdone sus pecados y que aprendamos de Srebrenica, para que otros no tengan que aprender”, manifestó Ceric.
Almedina Dautbasic, cuyos padres murieron en Srebrenica, agradeció a todos los que fueron testigos de que “madres han enterrado solo en un día a 600 hijos”.
El enviado occidental en Bosnia, Paddy Ashdown, leyó una carta del secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien dijo que la incapacidad para evitar la catástrofe podría “maldecir nuestra historia para siempre”.
El líder serbio bosnio en épocas de guerra, Radovan Karadzic, y su jefe militar Ratko Mladic, han sido acusados por la ONU de crímenes de guerra por la masacre. Ambos están prófugos.