Washington. AFP y DPA. El presidente George W. Bush reaccionó ayer a la defensiva ante las críticas que está recibiendo por su respuesta al huracán Katrina .
"Esto es una emergencia nacional y lo que necesitamos hacer como nación es unirnos para resolver el problema y no hacer política", respondió en una entrevista con la cadena televisiva ABC.
"Espero que la gente no haga política durante este período. Este es un desastre natural que probablemente el país no haya conocido antes", agregó.
Hoy, Bush visitará las zonas devastadas por tierra y aire.
El mandatario ha sido muy criticado por no dar la suficiente importancia desde el principio a uno de los peores desastres naturales.
Tarde. Bush cortó sus vacaciones en Texas para volver a Washington el miércoles y dirigir personalmente las tareas de socorro, pero eso fue dos días después de que Katrina azotó la costa del Golfo.
Ayer, el diario The New York Times , en un duro editorial titulado " Esperando a un líder ", calificó las declaraciones de condolencia que Bush dio el miércoles como "uno de los peores discursos de su vida".
"En lo que parece un ritual de esta administración, el Presidente aparece un día después de lo que debiera", afirmó el Times . "Y nada en la actitud del Presidente -informal al punto que parecía despreocupada- sugería que comprendía la profundidad de la crisis actual", agregó el matutino.
El USA Today también criticó frontalmente los problemas de coordinación constatados desde los primeros días en las tareas de socorro y rescate.
Responsabilizó a la Casa Blanca por "lo que pareció ser una respuesta paralizante" el martes.
"El Presidente decidió una respuesta masiva, pero persiste la sensación de que para las víctimas de Katrina en peligro inminente la ayuda podría llegar demasiado tarde", indicó.
Ayuda. Bush pidió a las víctimas que sean pacientes mientras esperan ayuda, y designó a los expresidentes Bill Clinton y George Bush para liderar la campaña nacional de recaudación de fondos para los afectados.
Ambos coordinaron un esfuerzo similar para las víctimas del tsunami en Asia.
Aunque inicialmente Bush se había mostrado reacio a aceptar ayuda internacional, ayer McClellan dijoÑ "Estamos abiertos a toda oferta de asistencia de otras naciones y las aceptaremos cuando sea necesario".
Aclaró que no se trata de un pedido formal de ayuda.