La Haya. AFP. El exjefe de milicia de la República Democrática del Congo Thomas Lubanga fue declarado culpable ayer de crímenes de guerra por haber utilizado niños soldados, en el primer fallo de la Corte Penal Internacional (CPI) desde su creación hace casi 10 años.
“El tribunal concluyó por unanimidad que la acusación demostró más allá de toda duda razonable que Thomas Lubanga es culpable de crímenes de conscripción y enrolamiento de niños menores de 15 años y de haberlos hecho participar en un conflicto armado”, expresó el juez británico Adrian Fulford, quien leyó un resumen del fallo.
Los jueces, entre los cuales figuraba la costarricense Elizabeth Odio, se pronunciarán más adelante sobre la pena de prisión a la que será condenado el fundador de la Unión de los Patriotas Congoleños (UPC) y excomandante de las Fuerzas Patrióticas para la Liberación del Congo (FPLC), el brazo militar de la UPC.
“Es un momento histórico y un paso importante con miras a aportar la justicia al pueblo congoleño”, declaró la portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Victoria Nuland. Estados Unidos, sin embargo, no forma parte de la CPI al no haber ratificado el estatuto que la creó.
Lubanga enroló a menores de 15 años y los obligó a participar en la guerra civil en Ituri, entre setiembre del 2002 y agosto del 2003.
La CPI, regida por el Estatuto de Roma, que entró en vigor en el 2002, dio ayer su primer veredicto desde que comenzó a funcionar, en el 2003. Se trata del primer tribunal penal internacional permanente encargado de juzgar a los presuntos autores de genocidios, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra.
El juicio a Lubanga, quien se declaró inocente, había comenzado el 26 de enero del 2009. La defensa tiene 30 días para apelar, plazo que los jueces habían decidido que comenzaría a correr cuando Lubanga haya podido leer la traducción al francés del fallo.
La pena máxima en la CPI es de 30 años de prisión. En caso de crímenes “de extrema gravedad”, los magistrados pueden condenar a la cadena perpetua.
Lubanga estaba acusado de haber reclutado, a la fuerza o voluntariamente, a niños que luego tuvieron que participar en los combates durante la guerra civil en Ituri.
Los enfrentamientos étnicos y la violencia entre milicias por el control de las minas de oro y de otros recursos naturales en esta región del noreste de la República Democrática del Congo causaron la muerte de unas 60.000 personas desde 1999, según organizaciones no gubernamentales.