Al menos 35 niños murieron por un coche bomba que estalló ante un grupo de iraquíes que asistían a la apertura de una estación de bombeo de agua, en Bagdad, y que convirtió a la jornada de ayer en la de mayor mortandad infantil de la posguerra en Iraq.
Un comunicado colocado anoche en Internet atribuye al grupo Monoteísmo y Guerra Santa, del jordano Abu Musab Al Zarqaui, presunto jefe de al-Qaeda en Iraq, tres “heroicas operaciones” realizadas ayer en el país.
El texto, cuya autenticidad no fue verificada, no precisa qué “operaciones”, aunque su número coincide con las tres matanzas registradas en la jornada.
20 muertos más
Según el ministerio de Sanidad, 20 personas más perdieron la vida y casi 200 resultaron heridas por el estallido del vehículo en Bagdad y por otros dos ataques registrados en la capital y en Tal Afar, norte de Iraq, así como en los nuevos bombardeos de Estados Unidos sobre Faluya, al oeste, donde se conoció que otras diez personas fueron secuestradas por los insurgentes.
El coche bomba estalló a media mañana en el barrio de Hay al-Amil, en el suroeste bagdadí, después de que disparos con lanzagranadas causaron varias víctimas y provocaron el pavor entre decenas de vecinos que, animados por la autoridad civil, participaban en la inauguración de la estación de bombeo de agua.
Soldados norteamericanos que pasaban en un convoy militar atendieron a los heridos en medio de la confusión, momento que aprovechó un conductor suicida para hacer estallar en medio de la multitud un coche cargado con explosivos.
No se tuvo, sin embargo, conocimiento de la verdadera dimensión de la tragedia hasta que pasadas algunas horas los responsables del depósito de cadáveres del hospital de Yarmuk, adonde fueron trasladadas las víctimas, revelaron que 35 de los fallecidos eran “niños de diferentes edades”.
El dramatismo de la jornada había arrancado muy de mañana, cuando un coche bomba estalló frente a un complejo donde se ubican viviendas y oficinas gubernamentales en el distrito de Abu Ghraib, al oeste de Bagdad.
La explosión mató a un soldado de EE. UU. y a dos policías iraquíes y causó heridas a unas 60 personas, informaron fuentes sanitarias.
También en Bagdad, otro militar estadounidense murió y siete resultaron heridos al explotar varias granadas lanzadas por insurgentes contra una base, informó el mando norteamericano.
A primera hora de la tarde, un tercer coche bomba estalló en la localidad de Tal Afar, 450 km al norte de Bagdad, y dejó al menos cuatro muertos y 16 heridos, según fuentes médicas de la ciudad.