Harare. AP. Los electores de Zimbabue hicieron ayer largas filas para votar en elecciones parlamentarias que el presidente Robert Mugabe espera demuestren la legitimidad de su régimen, acusado de represivo y corrupto y aislado internacionalmente.
Mugabe manifestó que estaba muy confiado en su victoria.
Antes de que los votantes acudieran a las urnas, los líderes de la oposición y grupos independientes expresaron que los comicios estaban sesgados por la violencia, intimidación e irregularidades.
"No estamos contentos con la forma en que se ha organizado la elección, y creo que todos estamos de acuerdo desde todos los puntos de vista en que no va a ser una elección libre y justa", declaró el líder opositor Morgan Tsvangirai cuando sufragaba en un colegio primario de las afueras de Harare, la capital.
Esperanza. Alentado por una fuerte disminución de la violencia contra la oposición en las últimas semanas, manifestó optimismo de que su partido, Movimiento por un Cambio Democrático (MCD), consiga suficiente respaldo popular para derrocar al Frente Unión Patriótica Africano Nacional de Zimbabue, que lidera Mugabe.
El movimiento democrático consiguió 57 escaños de los 120 que se eligen a través del voto en las últimas elecciones parlamentarias del 2000, a pesar de que los observadores extranjeros dijeron que hubo violencia generalizada, intimidación y falsificación de votos.
En el 2002, Tsvangirai perdió por un estrecho margen la elección presidencial, que también se consideró defectuosas.
El MCD expresó que algunos de sus observadores electorales no pudieron acceder a sus puestos en los sitios de votación el jueves, especialmente en las áreas rurales más alejadas.