La campaña electoral nicaragüense para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre se inició esta semana con una clara probabilidad de segunda ronda.
Desde mayo, el expresidente Daniel Ortega, del Frente Sandinista (FSLN), encabeza las encuestas, pero en ninguna ha logrado reflejar el 35% de votos válidos necesario para volver al poder en una primera ronda. En el estudio más reciente obtuvo un 29%.
Seis puntos atrás, el economista Eduardo Montealegre de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) espera revertir la tendencia y “darle un gancho al hígado” a Ortega en noviembre, según anunció al inaugurar su campaña el fin de semana pasado.
La ALN agrupa en sus filas a empresarios y políticos que por desacuerdos dejaron el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) presidido por Arnoldo Alemán y que postula a José Rizo.
Ambas alianzas son consideradas de derecha pero divididos “difícilmente podrían derrotar a Ortega y ellos lo saben”, señaló Carlos Tunnerman, analista y exmilitante del Frente Sandinista.
Pero, añade Tunnerman, los estudios de opinión han sido claros en que, de ser necesaria una segunda vuelta electoral, esta sería ganada por el partido que hoy ocupa el segundo lugar.
Ese segundo lugar en este momento parece en manos de Montealegre, pero una tercera fuerza, el Movimiento de Renovación Sandinista (MRS), que postula a Edmundo Jarquín, estima que podrían ser ellos quienes disputen la presidencia con Ortega.
El MRS, fundado por el carismático y ya fallecido Herty Lewites, se encuentra actualmente empatado con el PLC en tercer lugar.
Dora Téllez, dirigente y candidata a diputada del MRS, aseguró que están muy animados puesto que a dos meses de la muerte de Lewites mantienen los niveles y hasta muestran algún incremento.
“Es muy difícil que el Frente gane en primera ronda y no tenemos duda de que nosotros vamos a disputar la presidencia con Daniel”, dijo Téllez, quien aseguró que como persona, Jarquín reúne más preferencias que Ortega y que Montealegre en los sondeos.
Los que deciden. A poco más de dos meses para los comicios parece claro que quienes dicen estar indecisos, y que suman 19%, son los que pueden volcar la balanza.
A Ortega le hacen falta 5 puntos porcentuales para alcanzar el número mágico de 35%, y ese grupo se los podría dar, aunque Tunnerman apuntó que desde mayo Ortega no incrementa en preferencia.
Según el analista, es muy difícil predecir para donde irán esos votos, puesto que en este caso el concepto de “voto útil” en el que los indecisos apoyan al que ganará puede ir en cualquiera de los sentidos.
A Ortega la segunda ronda no le favorecería, pues la más reciente encuesta de CID- Gallup dice que Montealegre llegaría a 40% contra 37% del expresidente.