Los líderes de los manifestantes rechazaron el llamamiento al diálogo realizado por Chirac el viernes por la noche cuando anunció que promulgaría la ley aunque introduciría enmiendas, una propuesta que no parecía suficiente para hacerles cambiar de opinión.
El esperado discurso de Chirac se enfrentó a un rechazo completo de sus oponentes.
El llamamiento al diálogo surgió de una reunión estratégica de emergencia presidida por el primer ministro, Dominique de Villepin. Los partidos de la izquierda mantuvieron su propio encuentro ayer por la mañana, tras el cual rechazaron las negociaciones y prometieron más protestas como el "día de acción" nacional previsto para el próximo martes.
Los líderes empresariales temen que más protestas puedan dañar la imagen de Francia y golpear la inversión y el turismo, sobre todo porque suceden poco después de los disturbios protagonizados por jóvenes de los suburbios pobres de las principales ciudades del país a finales del año pasado.