El mundo empresarial de Estados Unidos acogió con recelo la elección de John Edwards como compañero de fórmula de John Kerry para las presidenciales de noviembre, pues lo consideran un “adversario radical de las empresas” y un abogado que se enriqueció gracias a procesos millonarios.
“Kerry eligió un compañero de fórmula que probó en sus votaciones en el Congreso su hostilidad hacia las empresas y la industria”, declaró el presidente de la Asociación de Industriales (NAM), Jerry Jasinowski.
El nerviosismo empresarial se explica por los antecedentes de Edwards como abogado especializado en indemnizaciones y defensor de los consumidores.
Por ejemplo, logró $25 millones de indemnización para una niña de cinco años que en 1993 fue prácticamente destripada por la bomba de evacuación –mal instalada– de una piscina.
En estos 20 años, Edwards hizo pagar $152 millones en el marco de 63 casos que tuvo como abogado civil, según el rencoroso balance de la ATRA, una asociación que lucha contra los procesos por responsabilidad civil.
“Edwards lleva adelante un programa contra las empresas”, asegura la ATRA en el sitio EdwardsWatch.com, creado especialmente para criticarlo.
Lo acusan de sacar beneficios financieros que suelen ser más elevados que los de sus clientes.