Estados Unidos endureció desde ayer las restricciones a los viajes y el envío de remesas a Cuba, en un duro golpe para las familias y para la debilitada economía de la isla.
Los cubanos residentes en EE. UU. ahora solo podrán viajar a la isla una vez cada tres años por un máximo de 14 días y tendrán un límite de $50 de gasto diario en sus visitas.
Además, se restringirá el envío de remesas ($1.200 al año) a familiares directos que no militen en el Partido Comunista de la isla.
Las medidas, aprobadas por el gobierno de George W. Bush con el pretexto de agilizar la transición en Cuba, han sido consideradas por el régimen de La Habana como un brutal intento de asfixiar la economía cubana y han despertado también duras críticas de los sectores moderados del exilio.
El anuncio de las restricciones provocó en la última semana una oleada de vuelos a La Habana desde Miami para atender la demanda de miles de cubano-americanos que querían visitar sus familiares antes de su entrada en vigor.
Las dramáticas escenas de despedida dejaron paso ayer a salas de espera semidesiertas y vuelos prácticamente vacíos.
Los más afectados son los cubanos que dependen del dinero que reciben de EE. UU.
“Afortunadamente me llegó un dinero que me mandaron hace una semana pero ahora las cosas se van a poner peor, quizá me puedan mandar más por Canadá, pero no sé”, lamentó Juana, una maestra.