Panamá. AFP y EFE. Diecisiete personas muertas es el balance de un misterioso síndrome “agudo agresivo” que se registra en Panamá y cuyos síntomas son fiebre, náuseas, dolores de cabeza, crisis renal y problemas neurológicos.
El ministro de Salud, Camilo Alleyne, que preside una célula de crisis desde que se confirmó la letal enfermedad hace tres días, dijo ayer que los análisis realizados por un equipo científico descartan que el origen de las muertes sea el dengue, la influenza, la gripe aviar, la encefalitis equina, el enterovirus, las bacterias E. Coli , Campilobacter o la presencia de arsénico.
Expertos del Centro de Control de Enfermedades de Atlanta, en Estados Unidos, y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) se integraron al equipo de investigadores que intenta determinar las causas del síndrome, manifestó Alleyne.
Las víctimas. En total, 27 personas han sido afectadas por el síndrome; de ellas 17 han muerto. Los pacientes superan, en su mayoría, los 60 años y tienen en común que padecen enfermedades como insuficiencia renal, diabetes o hipertensión.
El director general de Salud de Panamá, Cirilo Lawson, dijo que se están analizando de manera minuciosa los medicamentos que toman los pacientes.
“Todas las medicinas que toman estos pacientes, además de cualquier indicio que nosotros tengamos que pueda estar ocasionando el hallazgo clínico (del síndrome) que se presenta y está afectando la salud pública, lo estamos investigando”, apuntó.
Añadió que, de momento, “no hay ningún indicio de que se trate de una enfermedad infectocontagiosa”, pero tampoco lo descartó.
“Por eso estamos haciendo una investigación muy prolija con respecto a los medicamentos”, para decidir su posible suspensión, expresó.
“Es una decisión que tenemos que tomar basados en evidencia y con sustento científico”, subrayó.
Por su parte, el director de la Caja del Seguro Social, René Luciani, sostuvo que los fármacos prescritos a los pacientes recibieron el registro sanitario de rigor “porque cumplían con altos estándares”.
Pero aseguró que “absolutamente todos los medicamentos están siendo objetivo de investigación, de verificación”.
Entre los medicamentos que se analizan estaría el Lisinopril, que según otras fuentes relacionadas con el suministro de medicinas provendría de Cuba o Rusia y tiene múltiples efectos secundarios.
El presidente de Panamá, Martín Torrijos, reconoció que las circunstancias de esta crisis “desconciertan” y manifestó su preocupación, pero aseguró que hacen “todo lo humanamente posible” para superarla, tras visitar la sala de urgencias de uno de los hospitales.
Todavía no se ha informado cuándo se produjo la primera muerte, pero versiones extraoficiales indican que el primer caso se pudo haber registrado entre junio y julio pasados, mientras que las autoridades dieron la voz de alarma al aumentar las víctimas a finales de setiembre.
Alerta en Costa Rica. Desde Uruguay, donde participa en una reunión, la ministra de Salud de Costa Rica, María Luisa Ávila Agüero, dijo a este diario que su cartera ordenó una alerta en la frontera con Panamá como medida de prevención mientras las autoridades de Salud panameñas determinan cuál es el agente que está provocando las muertes.
La alerta consiste en poner atención sobre las personas que presenten fiebre, dolor abdominal, vómitos y diarrea, complicados con manifestaciones neurológicas como debilidad muscular.
“La primera medida fue lanzar una alerta porque, en realidad, no sabíamos de esto. Las primeras muertes se dieron hace tres o cuatro semanas y Panamá no había emitido una alerta internacional”, dijo Agüero.