El Papa Francisco anunció la creación de sus primeros 19 cardenales, 16 de ellos electores, y en su elección prestó particular atención a Latinoamérica y a los países del sur del mundo.
El consistorio en el que el pontífice entregará el capelo y el anillo a los 19 nuevos purpurados se celebrará el 22 de febrero en el Vaticano, fiesta de la Cátedra de San Pedro.
Entre los nombres pronunciados por el Papa desde la ventana del palacio pontificio, tras el rezo del Angelus, hay, como era de esperar, una amplia representación de Latinoamérica.
Serán cardenales, los arzobispos de Managua (Nicaragua), Leopoldo José Brenes Solórzano; el de Río de Janeiro (Brasil), Orani João Tempesta, el de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati Andrello, y el sustituto del papa como arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli.
En su elección, el Papa argentino ha vuelto a demostrar su atención por las que como el mismo define “periferias del mundo”, los países olvidados o acuciados por la pobreza.
Así, recibirán la “birreta” cardenalicia el arzobispo africano de Ouagadougou (Burkina Faso), Philippe Nakellentuba Ouédraogo; el de Cotabato (Filipinas), Orlando Quevedo; y de Abiyán (Costa de Marfil), Jean-Pierre Kutwa.
Por primera vez habrá un cardenal de Haití, el arzobispo de Les Cayes y presidente de la conferencia episcopal de este país, Chibly Langlois.
De esta manera, de los 16 nuevos cardenales con derecho al voto, la mayoría, nueve de ellos, proceden de Latinoamérica, Asia y África.
Algunos analistas ven en esta elección un intento de cambiar los equilibrios en el colegio cardenalicio donde de los actuales 122 cardenales electores 61 son europeos y entre estos 29 italianos.
Latinoamérica, donde residen el 43% de los católicos, eleva así a 35 el número de sus cardenales, 29 de ellos electores.
Como era de esperar, el Papa también dio la “púrpura” a los recién nombrados en el seno de la Curia: el secretario de Estado, Pietro Parolin; el secretario general del Sínodo de los obispos, Lorenzo Baldisseri, y el prefecto de la Congregación para el Clero, Beniamino Stella.
También recibirá el capelo cardenalicio el prefecto para la Congregación para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller.
Otros arzobispos que también se convertirán en cardenales son: el de Westminster (Gran Bretaña), Gerard Vincent Nichols; el de Québec (Canadá), Gérald Cyprien Lacroix; de Seúl (Corea), Andrew Yeom Soo jung; y de Perugia (Italia), Gualtiero Bassetti.
El Papa también incluirá en el colegio cardenalicio a tres arzobispos eméritos que superan los 80 años de edad y por tanto no podrán participar en el próximo cónclave: el arzobispo italiano Loris Francesco Capovilla y el arzobispo emérito de Castries en la isla de Santa Lucía, Kelvin Edward Felix.
Entre estos también se encuentra el español Fernando Sebastián Aguilar, de 85 años, y arzobispo emérito de Pamplona y Tudela.
Francisco también anunció que, antes de la ceremonia del 22, reunirá al Colegio Cardenalicio el 20 y 21 de febrero para afrontar el tema de la familia.
El último consistorio fue en noviembre de 2012 y a finales de este mes los cardenales electores, es decir los menores de 80 años, quedarán en 106, por lo que había 14 vacantes disponibles en el Colegio Cardenalicio.
Con los nombramientos de, el número de electores parará a 122, superando el máximo de 120 purpurados que participa en un cónclave.
Sin embargo, el portavoz de la oficina de prensa del Vaticano, Federico Lombardi, explicó que Francisco se ha mantenido por debajo de los 120 cardenales, ya que antes de mayo otros cuatro purpurados cumplirán 80 años y en total serán 10 los que se convertirán en octogenarios en 2014.