Bangkok. AFP. Los autores del golpe de Estado del martes en Tailandia aseguraron ayer que disponen de poder para promulgar leyes en ausencia del suspendido Parlamento, según una declaración oficial leída por televisión.
También, como otra de las medidas adoptadas por los golpistas, destituyeron al director de los servicios de inteligencia, al subjefe de la policía nacional y a otros dos altos funcionarios.
“En el interés del país, dado que ya no hay Cámara de Diputados ni Senado, las leyes que requieran ser adoptadas por esas instancias serán promulgadas por el ejecutivo militar interino”, indicó el texto leído.
Poco antes de emitir ese mensaje, los autores del golpe también prohibieron a los partidos políticos organizar reuniones o conducir otras actividades.
Asimismo, los responsables de los medios de comunicación nacionales fueron convocados al cuartel general del ejército, donde recibieron la orden de no difundir opiniones personales del público, enviadas generalmente a las televisoras bajo forma de mensaje de texto telefónico (SMS).
Destituidos. En cuanto a las destituciones, en la lista figura un oficial de alta graduación de la policía, tercero en el orden jerárquico, y un general de la policía que ejercía como secretario permanente del gabinete del derrocado primer ministro Thaksin Shinawatra.
Paralelamente, otros cuatro altos funcionarios próximos a Thaksin fueron detenidos, según un portavoz de los golpistas.
Entre los arrestados, se encuentra el principal adjunto del primer ministro derrocado, otro secretario del hasta ahora jefe de gobierno y dos altos funcionarios, que se hallan bajo la custodia del nuevo gobierno militar.
En otra declaración en la televisión estatal, el general Sonthi Boonyaratglin, líder de la insurrección, y sus colaboradores indicaron que la oficina de auditoría se mantendrá investigando los cargos de corrupción contra Thaksin.
Mientras tanto, las escuelas, bancos, y oficinas del gobierno reabrieron ayer, tras permanecer cerradas la víspera, mientras que se redujo el número de tropas desplegadas en las calles.
El destituido primer ministro Thaksin se había enfrentado en los últimos meses a un creciente descontento popular debido a un asunto de corrupción que le obligó a convocar elecciones anticipadas la pasada primavera.