LONDRES (AFP) El gobierno británico anunció el domingo una serie de medidas radicales para intentar atajar una oleada sin precedentes de asesinatos con arma blanca, entre ellos el de dos estudiantes franceses en Londres que conmovió a la opinión pública.
Prefiriendo la sensibilización a represión, la ministra británica de Interior, Jacqui Smith, anunció que las personas que sean descubiertas en posesión de una navaja deberán visitar a víctimas de puñaladas y a sus familias en los servicios de urgencia de los hospitales, así que a los criminales encarcelados por ataques con arma blanca.
"Es simplista y falso pretender que la prisión en la respuesta más sencilla a todos los problemas de la sociedad", declaró Smith.
Esta medida forma parte de un vasto plan de acción que será anunciado el martes por los ministerios de Interior, Justicia y Educación. Con un coste de 100 millones de libras (125 millones de euros, 199 millones de dólares), el plan incluirá un programa de prevención destinado a sensibilizar a los padres de su responsabilidad.
Por el contrario, el paquete de medidas no incluye el establecimiento de un toque de queda para los menores de 16 años, solicitado por cerca del 90% de los padres. Según una encuesta de opinión publicada el domingo por el Sunday Times, 53% de los padres británicos querrían un toque de queda a partir de las 21H00 y 35% a partir de las 22H00.
Una fuente cercana al gobierno declaró sin embargo al diario que las autoridades estarían dispuestas a estudiar esta posibilidad. De hecho, un proyecto piloto, bautizado "Operación buenas noches", está siendo puesto a prueba en la localidad de Redruth (suroeste).
En un año se cometieron en el Reino Unidos más de 20.000 agresiones con arma blanca, es decir 56 por día. Esta ola inédita de violencia ha conmocionado aún más a la opinión pública porque afecta especialmente a los adolescentes.
De 53 personas agredidas a navajazos en Londres desde principios de año, 20 tenían menos de 20 años.
La preocupación se tiñó de psicosis tras la agresión mortal con arma blanca de nueve personas en la última semana, seis de ellas en sólo 24 horas.
"Conmocionante y trágico", consideró el viernes el primer ministro Gordon Brown, que el sábado organizó una reunión de urgencia con Ian Blair, el director de Scotland Yard.
Los salvajes asesinatos de dos estudiantes franceses contribuyeron asimismo al sentimiento de inseguridad. El 29 de junio en Londres, Laurent Bonomo recibió cerca de 200 puñaladas y su amigo Gabriel Ferez cerca de 50. Dos personas fueron inculpadas por este doble asesinato.
El fenómeno no se limita a Londres. La última agresión con arma blanca tuvo lugar en Escocia. Un hombre de 22 años resultó gravemente herido en la noche del sábado en el festival de música "T in the Park".
Calificándolas de "baratas", el sindicato británico de agentes de libertad provisional criticó las medidas anunciadas. "Al gobierno le faltan ideas", declaró su secretario general, Harry Fletcher, al diario Sunday Times.
Queda por averiguar a qué es debida esta afición por las armas blancas. "Los jóvenes se siente completamente inútiles. Están perdidos", explicaba el sábado el reverendo Les Isaac, ex miembro de una banda, durante una conferencia celebrada en Brixton, un barrio del sur de Londres conocido por su elevado porcentaje de criminalidad.
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