Gaza. AFP y Reuters. Hamás, vencedor de las elecciones palestinas del miércoles, se enfrentará a partir de ahora al desafío de gestionar los infinitos problemas del pueblo sin contar con ninguna experiencia de gobierno.
La tarea parece todavía más difícil puesto que el Fatá, del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, reconoció su derrota y afirmó que no participará en un gobierno con el grupo radical, considerado una organización terrorista por Estados Unidos y Europa.
"Los que ganaron las elecciones deben asumir todas sus responsabilidades", declaró el encargado de las negociaciones con Israel, Saeb Erakat.
No obstante, un líder de Hamás de alto rango dijo ayer que el grupo militante islámico quiere empezar conversaciones en forma inmediata con Fatá y otras facciones palestinas sobre la forma de un nuevo gobierno.
"El movimiento quiere reunirse de inmediato con el presidente Mahmud Abas y las facciones palestinas para comenzar las consultas sobre la forma de una asociación política", dijo el líder de Hamás, Islail Haniya, a periodistas en la franja de Gaza.
La victoria representa un "desafío inesperado" para Hamás, según Mouan Rabbani, analista del centro de investigación International Crisis Group (ICG).
El movimiento "hubiera preferido una coalición con otros partidos porque no esperaba un éxito semejante: ganar la mayoría en el Parlamento y estar en condiciones de formar un gobierno", añadió.
Pero según este experto, la actitud de Fatá tal vez no sea definitiva y cambie conforme avancen las discusiones con Hamás.
"No creo que Hamás desee controlar ministerios clave, más bien prefiere ocuparse de carteras como la Salud, la Educación o Asuntos Sociales", añadió.