Puerto de San José, Guatemala.
El atraco de un barco de una ONG holandesa para realizar abortos gratuitos en Guatemala fue recibido este jueves con protestas airadas de grupos religiosos, que les impidieron iniciar sus actividades en el país centroamericano.
La administración del puerto de San José, 120 kms al sur de la capital, obligó a los activistas de la organización Women on Waves regresar a la embarcación alegando que no habían declarado el propósito de su visita a Guatemala, donde el aborto está prohibido salvo en casos terapéuticos.
El barco, un velero para 10 personas, trae activistas de Brasil, Austria, Alemania, Holanda, España y Guatemala, quienes pretendían trasladar a mujeres guatemaltecas a aguas internacionales para interrumpir embarazos no deseados.
El seminarista católico cubano Gil Hernández irrumpió en una conferencia de prensa de la ONG a los gritos de "este no es un barco por la vida". Expresó que los activistas "dicen que luchan por la vida y los derechos humanos, pero parece que asesinar se ha vuelto un derecho humano".
Otro grupo de unos siete evangélicos irrumpió gritando "el aborto es un asesinato", lo que generó un momento de tensión que provocó el fin de la conferencia de prensa.
La fundadora de la ONG, Rebeca Gomberts, enfrentó a los manifestantes y les dijo que cada año unas 21.600 mujeres en Guatemala ingresan a hospitales con complicaciones relacionadas con abortos clandestinos, los que señaló como la tercera causa de mortalidad materna.
"Estamos muy decepcionados por la actitud de la Administración Portuaria. No sabemos quién es responsable de negarnos acceso al muelle", dijo Gomberts a la AFP, asegurando que cuenta con los permisos para ingresar a Guatemala.
Explicó que el plan es subir a cinco mujeres al barco para llevarlas a aguas internacionales. En el viaje, médicos les dan una charla sobre salud y derechos reproductivos. Si la mujer tiene menos de 10 semanas de embarazo, le ofrecen medicamentos para inducir el aborto.
La activista dijo que el grupo hará gestiones para realizar el trabajo previsto en Guatemala.
El médico austríaco Christian Fiala, integrante del grupo, indicó que el tratamiento abortivo es 99% seguro y que es autorizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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La brasileña Leticia Zenevich, portavoz de la ONG, dijo que es la primera vez que llegan a un país latinoamericano, después de llevar el barco a Erlanda, Polonia, Portugal y España, donde han desatado protestas de grupos contra el aborto.
La organización también pidió al Gobierno guatemalteco que "despenalice el aborto", explicando que se trata de "un procedimiento médico estándar y de un derecho humano".