Las renuncias continuaron ayer en el gobernante Partido Popular a causa de la guerra en Iraq y los partidos de oposición presentaron otra moción en el Parlamento que procuraba condenar la campaña y fue rechazada.
Entre tanto, miles de universitarios ocuparon nuevamente las calles por lo menos en 10 ciudades para protestar contra la guerra y pedir la dimisión del presidente del gobierno José María Aznar.
La renuncia de la concejal Edith Bedin Oviedo, del ayuntamiento de Daimiel, en el centro de España, fue la número 14 sufrida hasta ahora por el partido a causa de la guerra.
Entre los renunciantes no hay, sin embargo, parlamentarios. Pero varios de estos se opusieron públicamente a la guerra desde su comienzo, el 20 de marzo.
Hasta ahora, el respaldo que en su partido disfrutaba Aznar fue abrumador, casi sin disidencias públicas. Aznar es un firme partidario de la campaña bélica que encabeza Estados Unidos para derrocar al presidente iraquí Sadam Husein, aunque la gran mayoría de la opinión pública española se opone a la guerra.
Discrepancias lentas
“Lo extraño no es que haya discrepancias en el PP por su participación en la guerra, sino que hayan tardado tanto en aparecer”, aseveró ayer en un editorial el diario madrileño El País.
Mientras, el Congreso de diputados españoles rechazó ayer con los votos del Partido Popular (PP) dos mociones de la oposición socialista, nacionalista y comunista contra la guerra en Iraq, informaron fuentes parlamentarias.
Por sexta vez en menos de dos meses, el PP votó en bloque con el fin de hacer fracasar nuevas mociones conjuntas de la oposición en contra de la intervención estadounidense-británica en Iraq, apoyada por Madrid a pesar del amplio rechazo de la opinión pública española.
La moción socialista reclamaba al gobierno de Aznar comprometerse para poner fin de inmediato a una guerra “inmoral, ilegal e injusta”, y pedía el regreso de la flota española enviada al Golfo para una misión de apoyo logístico y humanitario.
Una segunda moción presentada por los nacionalistas gallegos, también apoyada por la oposición, pedía al gobierno retirar “el apoyo político, logístico y militar aportado a esta guerra”.