Budapest
El gobierno húngaro anunció este miércoles que desplegará al ejército para ayudar a contener el flujo de migrantes procedentes de Serbia, medida que será sometida a voto en el Parlamento en una sesión extraordinaria la próxima semana.
El ejecutivo quiere que "sea posible utilizar al ejército en tareas relacionadas con la defensa de fronteras y la migración" afirmó Szilard Nemeth del gobernante partido Fidesz, que encabeza la comisión parlamentaria de Seguridad Nacional.
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"Los migrantes ilegales se están haciendo cada vez más agresivos, no podemos tolerar lo que ocurrió en Roszke, no podemos aceptar esta agresión" añadió en rueda de prensa.
Horas antes, la policía húngara lanzó gases lacrimógenos para impedir que unos 200 migrantes salieran de un centro de recepción para refugiados en Roszke, localidad húngara fronteriza con Serbia.
Según la policía, muchos refugiados rehusaban que se les tomara huellas digitales. "La policía intenta calmar la situación, pero los migrantes siguen gritando" dijo un portavoz.
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El martes, un nuevo récord de 2.500 migrantes habían ingresado en Hungría —sirios, afganos, paquistaníes en su mayoría—, procedentes de Serbia, contra 2.000 la víspera.
Hungría ha registrado 100.000 solicitudes de asilo desde enero y está construyendo una valla metálica para cerrar su frontera.
Por otro lado, el jefe de la policía húngara anunció además este miércoles que más de 2.100 agentes serán enviados a la frontera de Hungría con Serbia, para hacer frente al flujo de migrantes.
"La protección de la frontera se reforzará con 2.106 policías suplementarios a partir del 5 de septiembre", dijo Karoly Papp a la prensa en Budapest.