San Salvador. AFP. La Iglesia Católica salvadoreña exigió ayer al Gobierno dejar de "vender propaganda" y enfrentar "el pavoroso" problema de las pandillas juveniles, conocidas como "maras".
Para ello, pidió aplicar "medidas audaces" que incluyan la rehabilitación de los pandilleros.
"Este problema de la violencia juvenil no se resuelve si no hay oportunidades, si no se apoya a la familia. Las soluciones que se dan son muy superficiales y la escalada de violencia sigue, hay que ser audaz", dijo el obispo auxiliar de San Salvador, Gregorio Rosa Chávez.
"Los jóvenes que están en violencia lo que reciben es represión, con lo cual se endurece más los corazones y la violencia aumenta.
"Lo que hay que hacer es ser sincero, nos están vendiendo mucha propaganda y poca realidad", remarcó Rosa Chávez.
Según el Gobierno salvadoreño, las violentas pandillas serían responsables del 60% de los asesinatos que ocurren en todo El Salvador.
Para enfrentar el fenómeno de las maras, el Gobierno del presidente Antonio Saca impulsa el plan "Súper Mano Dura".
Arrestos. La iniciativa gubernamental consiste en realizar frecuentes operativos de detención de los pandilleros.
Estas capturas están a cargo de la Policía Nacional Civil (PNC) con el apoyo del Ejército.
Asimismo, pandilleros y otras personas acusadas de cometer homicidios o estar involucradas en los mismos son perseguidos por la policía en el marco del denominado "Plan antihomicidios".
Para Rosa Chávez, a las pandillas hay que tratarlas bajo una óptica "integral" puesto que "son un problema multicausal".
El obispo considera que las medidas de represión impulsadas por el gobierno son como "querer curar un cáncer con aspirinas".
Cifras de la Policía Nacional Civil indican que en los primeros ocho meses del año han sido asesinadas un total de 2.389 personas.
En todo el año 2004, las cifras de muerte violenta fueron de 2.740 personas, una tasa de 41 homicidios por cada 100.000 habitantes.
Estos números convierten a El Salvador en uno de los países más violentos del continente.