Miles de personas buscaban ayer entre los restos calcinados de sus casas en la capital australiana, luego que los peores incendios forestales en la historia de la ciudad dejaron cuatro muertos y miles de desplazados en sus suburbios.
Unas 400 casas fueron destruidas, dijeron las autoridades. “He visto muchos incendios forestales en Australia... pero este es el peor hasta ahora”, dijo ayer el primer ministro, John Howard.
Los hospitales dieron tratamiento a unas 250 personas por quemaduras y los efectos de inhalación de humo causados por los incendios que afectaron la capital el sábado.
Muchas personas enfrentaron las llamas con mangueras y cubos llenos con agua de piscinas. Varias de ellas informaron sobre la falta de bomberos en sus áreas.
Las cuadrillas de bomberos admitieron haberse visto abrumadas por la ferocidad y magnitud de las llamas. Pero John Stanhope, ministro en jefe del Territorio de la Capital Australiana, defendió a los servicios de emergencia de las acusaciones en el sentido de que no estaban preparados para la crisis.
La policía dijo que un hombre de 61 años murió a consecuencia de inhalación de humo mientras trataba de salvar su casa, y una mujer de 83 años falleció en su vivienda. El cadáver de una mujer de 37 años fue encontrado en los restos de su casa, junto con otro cuerpo no identificado.
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