La India, un país con capacidad nuclear, manifestó ayer que está dispuesta a usar todo su poderío militar para defenderse, en caso de una guerra.
En medio de una creciente alarma internacional, Pakistán e India están al borde de la guerra tras un ataque el mes pasado contra el parlamento indio, del que Nueva Delhi acusa a grupos separatistas cachemiros que operan en Pakistán.
"Usaremos cualquier arma que esté disponible para defendernos", dijo el primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, en una audiencia en la localidad de Lucknow, en el estado de Uttar Pradesh, en el norte del país.
Tras el ataque contra el parlamento, en el que murieron 14 personas, el Gobierno indio demandó que Pakistán reprimiera a los militantes musulmanes que operan desde su territorio contra la India y dijo que todas las opciones, incluyendo la guerra, estaban abiertas a menos que Islamabad tomara medidas.
Tropas de India y Pakistán intercambiaron durante la noche de ayer fuego de ametralladoras y morteros en la frontera de la disputada región de Cachemira, pero Nueva Delhi expresó que espera que la diplomacia y la presión internacional puedan evitar una guerra.
En una entrevista ayer con Reuters, el ministro indio de Defensa, George Fernandes, dijo que la situación a lo largo de la frontera seguía tensa.
El funcionario indicó que la India completó su despliegue militar en la frontera, "pero en otros niveles se han hecho esfuerzos para suavizar la situación mediante intervención diplomática".
Fernandes indicó que el primer ministro indio, Atal Behari Vajpayee, y el presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, podrían conversar en el ámbito de una cumbre de líderes regionales del sur de Asia que comienza mañana en Katmandú, Nepal.
En otro indicio de un posible alivio en las tensiones, el canciller paquistaní, Abdul Sattar, y su homólogo indio, Jaswant Singh, "estrecharon las manos con rostros sonrientes" en vísperas de la cumbre de Nepal.
El primer ministro británico, Tony Blair, visitará la India y Pakistán a partir del viernes.