Moscú. En Moscú y en otras grandes ciudades rusas, las autoridades médicas y la policía redoblaron las medidas de seguridad para evitar que los aficionados a las bebidas alcohólicas terminen su parranda en un depósito de cadáveres.
En los primeros cinco días del año únicamente en la capital rusas murieron por congelación 23 personas, diez de ellas el pasado miércoles, cuando las temperaturas en algunos barrios moscovitas cayeron hasta los 28 grados bajo cero.
Desde el pasado mes de setiembre y hasta la fecha, solo en Moscú han muerto por hipotermia 290 personas y al menos otras 900 tuvieron que ser socorridas por los médicos.
"En el 99,9 por ciento de los casos se trata de personas en estado de embriaguez que quedan dormidas en lugares sin calefacción o a la intemperie", dijo un portavoz del Servicio de Ambulancias de Moscú.
Paradójicamente, mueren a la vista de centenares de personas: en las paradas de autobuses, en estaciones de ferrocarril, pasos subterráneos o simplemente tirados en la calle, explicó el portavoz.
Las bajas temperaturas se han convertido en enemigo mortal también para los vagabundos, denunció la organización humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras (MSF).
"En Moscú hay más de 100.000 personas sin hogar", dijo a EFE Alexei Nikiforov, coordinador de un programa de MSF para ayudar a los vagabundos a sobrevivir el invierno.
Cada vez son menos los lugares donde los vagabundos pueden refugiarse del frío, pues ahora hay que pagar para entrar en las salas de espera de las terminales ferroviarias y en casi todos los edificios de vivienda los sótanos y azoteas se cierran con llave.
Aunado a esto, el servicio de calefacci¥¥on presenta serios problemas, por lo que las familias tratan de aprovechar lo poco al máximo.