Teherán
El guía supremo de Irán y máximo responsable del programa nuclear, Ali Jamenei, afirmó este martes que su país necesita 190.000 centrifugadoras, una cifra muy superior a las 10.000 que Estados Unidos estaría dispuesto a tolerar.
Las centrifugadoras son los aparatos que permiten enriquecer el uranio y uno de los principales temas de discordia entre Irán y el grupo 5+1 (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, China y Alemania) que están actualmente negociando un acuerdo en Viena.
El ayatolá Jamenei, que defiende una postura firme sobre este tema, el principal escollo en las relaciones con Occidente desde hace 10 años, considera que el derecho de Irán a utilizar la energía nuclear es inalienable y ya en febrero se había mostrado escéptico sobre las posibilidades de acuerdo.
Los países occidentales e Israel, la única potencia nuclear de Oriente Medio, acusan a Teherán de querer fabricar un arma atómica, algo que siempre ha desmentido.
"El objetivo" de Estados Unidos es que Irán "acepte una capacidad de 10.000 SWU (Unidades de trabajo de separación), es decir 10.000 centrifugadoras antiguas como las que nosotros tenemos", dijo el lunes Jamenei.
"Nuestros responsables dicen que necesitamos 190.000 centrifugadoras. Quizás no hoy, sino dentro de dos o cinco años, pero es una necesidad incontestable del país", afirmó el ayatolá en un discurso ante los responsables del país, publicado este martes por su página web.
Jamenei añadió que la primera propuesta de las grandes potencias había sido "500 o 1.000 SWU", esperando que Irán aceptara finalmente "una capacidad de 10.000 SWU".
Irán asegura que quiere conservar un programa de enriquecimiento industrial para poder producir el combustible que necesita para construir centrales nucleares.
Las negociaciones finales para alcanzar un acuerdo que garantice el carácter pacífico del programa nuclear iraní comenzaron el jueves en Viena y podrían durar hasta el 20 de julio, la fecha límite.
A través del acuerdo se pretende garantizar que Irán respete las normas de no proliferación y no intente fabricar una bomba nuclear. A cambio se levantarían las sanciones internacionales, que privan al país de millones de dólares de ingresos por petróleo cada semana.
Actualmente Irán tiene más de 19.000 centrifugadoras, de las cuales 10.000 son de primera generación (IR-1) y están activas, y un millar de segunda generación (IR-2m), entre tres y cinco veces más potentes, que todavía no están funcionando.
También está trabajando en un nuevo tipo de centrifugadoras, 15 veces más potentes que las IR-1, lo que significa que en teoría menos de 15.000 centrifugadoras de esta nueva generación podrían dar a Irán una capacidad de 190.000 SWU.
Irán solo tiene una central nuclear de 1.000 megawatios construida por los rusos en Buchehr (sur), y está negociando con Moscú para construir cuatro más.
Pero el objetivo final es tener 20 centrales para diversificar las fuentes de energía y ser menos dependiente del petróleo y el gas en el consumo interior.
Estados Unidos e Israel consideran que una elevada capacidad de enriquecimiento podría permitir a Teherán fabricar en poco tiempo el suficiente uranio enriquecido al 90% necesario para crear un arma nuclear.
Irán acepta bajar su nivel de enriquecimiento de 20% a 3,5% en el marco del acuerdo establecido con los 5+1 a finales de 2013 en Ginebra.
En junio de 2013, el presidente iraní Hassan Rohani retomó las discusiones nucleares, pero su gobierno recibe críticas de los que consideran que está haciendo demasiadas concesiones ante Occidente.