Beirut. AFP. La milicia chiita de Hezbolá no entregará sus armas hasta que el Estado libanés pueda proteger verdaderamente a sus ciudadanos, declaró ayer el líder del movimiento, Hasan Nasralá.
Así lo proclamó ayer ante cientos de miles de personas en Beirut, cuando hizo su primera aparición pública tras dos meses para celebrar su “victoria histórica frente a Israel”, en un discurso.
Según el emblemático líder Nasralá, el Partido de Dios (Hezbolá) no entregará sus armas mientras el Estado libanés no tenga capacidad de defender a los ciudadanos frente a la amenaza israelí.
“No decimos que las armas tengan que estar allí eternamente, pero lo primero es construir un Estado fuerte y justo, que proteja la patria y sus ciudadanos. Entonces, verás que el problema de las armas se resuelve solo sin ni siquiera tener que negociar”, garantizó.
“Pero desarmar a la resistencia bajo las órdenes de este Estado y este régimen en este momento significa dejar Líbano expuesto a las bombas y los crímenes israelíes”, agregó Nasralá.
La ofensiva israelí de 34 días contra Hezbolá no consiguió destrozar el arsenal del movimiento, que respeta la tregua pero no está dispuesto a entregar sus armas.
“La resistencia posee más de 20.000 cohetes y es más fuerte de lo que era el 12 de julio”, cuando comenzó la ofensiva contra Israel, declaró el líder chiita.
En un discurso de más de una hora, interrumpido a menudo por las ovaciones de la multitud, Nasralá proclamó además, en tono decidido y por momentos enojado, que “sin ayuda de Dios, un puñado de combatientes nunca habría podido derrotar al ejército más preparado de la región”.
Con respecto a los dos soldados israelíes que permanecen secuestrados por Hezbolá, Nasralá indicó que “serán liberados únicamente dentro de un intercambio negociado por un intermediario”.