París, Moscú, Sidney y otras procedencias. Con un rayo verde en el cielo, mil tambores europeos, doce campanadas de medianoche ante el centro Pompidou, y una "sinfonía de luces" en la Plaza de la Concordia marcaron anoche en París el paso al tercer milenio.
Al igual que en Francia, en todos los países de tradición cristiana, a la medianoche de ayer se celebró con fuegos artificiales, música y festejos la llegada del tercer milenio.
Previo a las celebraciones, el papa Juan Pablo II dedicó ayer a la institución de la familia y muy especialmente a las que atraviesan dificultades el rezo dominical del Angelus , el último del milenio, celebrado ante más de 40.000 peregrinos en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Una de las primeras naciones en recibir el año nuevo fue Australia. En Sidney, su capital, más de un millón de personas presenció un imponente espectáculo de fuegos artificiales, en un festejo dedicado también al primer centenario de la Federación de Colonias Australianas.
También entre los primeros en celebrar, y sin lugar a dudas el que más festejó, se encontró la Federación Rusa, el país más grande del mundo. Con sus 9.000 km de extensión, Rusia celebró 11 veces la llegada del año nuevo.
Allí las penínsulas de Chukotka y de Kamchatka, en el extremo oriente ruso, fueron las primeras regiones que recibieron el Año Nuevo, cuando era la medianoche, aún en Costa Rica eran las 6 a. m. del 31 de diciembre.
Cada celebración del nuevo milenio en los 11 husos horarios vino acompañada por un discurso del presidente, Vladimir Putin, y las notas del "nuevo" himno del país (el antiguo himno soviético).
A lo grande
Un rayo láser verde se elevó en el cielo de la capital francesa a la medianoche local, anunciando a los parisinos la llegada del primer año del nuevo milenio y del nuevo siglo, que incluso pudo verse a través de Internet en la dirección http://www.obspm.fr.
El Año Nuevo parisino tuvo un fuerte carácter europeo: mil tambores llegados de nueve países de la Unión Europea se reunieron en la plaza del centro Pompidou, para tocar las "doce campanadas de medianoche".
En la entrada de los Campos Elíseos, lugar tradicional en el que miles de parisinos reciben el nuevo año, entre el gentío y el bullicio de las botellas de champán descorchadas, una "sinfonía de luces" sonó en la plaza de la Concordia.
Por su parte, en Alemania las autoridades recibieron el año con fuegos artificiales, música y nieve, en la principal arteria de Berlín, la que discurre a través de la Puerta de Brandeburgo hasta el Obelisco de la Victoria.
En Londres, las autoridades cerraron el año con melancolía, desde la infame "Cúpula del Milenio", inaugurada hace un año entre fanfarrias, con la esperanza de recibir a lo grande el nuevo milenio. Sin embargo, el proyecto se convirtió en un fracaso, y en vez de recibir los 12 millones de visitantes proyectados para todo el 2000, solo 6,5 millones de turistas llegaron.
Al cierre de edición, en Nueva York las autoridades se apuraban a limpiar la nieve dejada por una tormenta, para celebrar a lo grande, en un festejo para el que se esperaban 500 mil personas.