El Cairo. EFE. Las autoridades religiosas y científicos de países musulmanes pusieron ayer todo su empeño en observar el a veces imperceptible creciente de la luna antes de declarar el inicio del mes de ayuno de ramadán.
En el Instituto egipcio de Investigación de Astronomía y Geofísica estuvieron listos para mirar al horizonte después del atardecer.
Los expertos apenas tenían unos minutos para percibir el creciente lunar y comunicárselo a la máxima autoridad musulmana de Egipto, el gran muftí, Alí Gomaa, que en una ceremonia proclamó oficialmente el inicio del ramadán.
Gomaa anunció que principiará hoy en Egipto, Jordania, Sudán y la mayoría de los países del golfo Pérsico, mayormente sunitas, mientras que en Irán, de predominio chiita, y Siria, el sábado.
Desde la base del Instituto en el sur de El Cairo, en el barrio de Heluán, el investigador del Espacio Mohamed Garib detalló que cinco equipos se encontraban repartidos en varias provincias del país para seguirle el rastro a la luna en un día tan especial como ayer.
Pese a llevar 25 años buscando la luna para determinar el comienzo del ramadán, Garib reconoció no haberla visto nunca, por lo que o bien sus compañeros repartidos en otras zonas del país la observaron o el gran mufti fue quien decidió.
Tanto si los científicos divisaban el creciente lunar como si no lo conseguían, sus resultados se trasladaban a la autoridad religiosa, quien tiene la última palabra en fijar el comienzo del ramadán.
Siempre existe la posibilidad de que el ramadán empiece un día más tarde si no hay evidencia de la salida del astro.
Señal desde el cielo. Las autoridades eclesiásticas defienden que solo el ojo humano puede intervenir en la observación del creciente de la luna, considerado la señal de arranque del ramadán.
Este mes es el noveno de los 12 que componen el calendario islámico, basado en los ciclos lunares, y debe su carácter sagrado a que fue en este periodo cuando el Corán fue revelado a Mahoma.
Además de la la tradición, los astrónomos musulmanes son capaces de calcular con anterioridad el comienzo de cada fase lunar y emplean telescopios que les facilitan ese trabajo.
El Instituto de Astronomía apuntó hace semanas que este año el ramadán empezará hoy, viernes, y terminará el 20 de agosto.
Entre los obstáculos naturales que suelen condicionar el trabajo de los científicos y, por tanto, el anuncio oficial, están la posible nubosidad, el brillo del cielo, al altitud de la luna sobre el horizonte, las condiciones atmosféricas o la ubicación geográfica.