Bogotá. AFP. A la violencia de las guerrillas izquierdistas y paramilitares de ultraderecha se sumó en Colombia la fabricación de atentados por parte del Ejército a cambio del reconocimiento de sus superiores y jugosas recompensas.
El jueves, ante la inminente denuncia del hecho por la prensa, el Ministerio de Defensa reveló que cuatro oficiales del Ejército están implicados en un atentado con bomba que mató a un civil e hirió a 10 soldados, el 31 de julio en Bogotá, como parte de un montaje para mostrar resultados positivos.
En un comunicado leído por el comandante del Ejército, Mario Montoya, el Ministerio señaló que el ataque, atribuido inicialmente a la guerrilla de las FARC, así como el decomiso de varios explosivos en los últimos dos meses, al parecer no corresponde a la realidad.
“El propósito de los militares era mostrar resultados positivos que posicionaran al Ejército durante una época candente, como era la previa a la posesión del Presidente”, añadió el informe.
El comunicado confirma que, además, los uniformados “cobraban las recompensas que el gobierno ofrece a informantes”.
La revista Semana señaló en su edición electrónica que “el plan fue maquiavélico, pero realizado de manera tan torpe que sus autores ya están identificados”.
La publicación asegura que al menos cuatro oficiales del Ejército colombiano planearon y ejecutaron una serie que incluye un mínimo de siete atentados en Bogotá para, posteriormente, cobrar ante sus superiores.
El hecho escandalizó a Colombia entera, país en el que anualmente mueren miles de personas a causa de la violencia, y se suma a una larga lista de hechos de corrupción y errores dentro de las Fuerzas Militares que, en su momento, han sido catalogadas por el gobierno de hechos.