Veintiocho palestinos y tres israelíes murieron ayer, el día más sangriento en cuatro años de conflicto, cuando el ejército de Israel contraatacó tras un ataque con cohetes que cobró la vida de dos niños israelíes en un pueblo fronterizo.
El primer ministro israelí, Ariel Sharon, aprobó intensificar la ofensiva para reocupar territorios palestinos en el norte de Gaza y detener los lanzamientos de cohetes, que han persistido a pesar de redadas.
En el sangriento hecho, un tanque israelí abrió fuego y mató a siete adolescentes palestinos cerca de una escuela en Jabalya, el mayor campo de refugiados en la franja de Gaza, mientras que fuerzas de Israel penetraban por primera vez en el lugar.
“La explosión fue tan grande que esparció pedazos de cuerpos por todo el campo”, dijo un paramédico.
Tras expresar su pesar por las víctimas civiles, un jefe militar israelí de alto rango dijo que el tanque disparó contra hombres armados que detonaron una bomba y lanzaron un cohete antitanque contra las fuerzas de Israel que operaban cerca.
Operación en Gaza
Tropas israelíes llevaron a cabo una operación en Gaza en la que murieron 21 personas, incluidos militantes y transeúntes. Según paramédicos, unos 150 palestinos resultaron heridos.
En la mañana de ayer, hombres armados mataron a dos soldados israelíes y a una mujer que estaba haciendo ejercicios.
El miércoles, el grupo palestino Hamás lanzó un ataque con cohete en el pueblo de Sderot, en el sur de Israel, matando a dos niños de dos y cuatro años que fueron a visitar a sus abuelos.
El último brote de violencia ha desatado críticas contra el plan del primer ministro israelí de retirar el próximo año tropas y colonos de territorios ocupados en Gaza.
Según los opositores al plan, esto ha envalentonado a los militantes palestinos extremistas que quieren dar la impresión de que están expulsando a los israelíes de los territorios ocupados.