Los tratamientos hormonales a base de estrógenos y progesterona, comúnmente prescritos a millones de mujeres en el momento de la menopausia, conllevan un riesgo de cáncer de seno más importante de lo que se pensaba hasta ahora.
Las conclusiones de un vasto estudio, publicado en el Journal of The American Medical Association (JAMA, Asociación Médica Estadounidense) podría cuestionar la necesidad de numerosas mujeres de seguir este tratamiento, estiman varios especialistas en la cuestión.
Un equipo de investigadores estadounidenses del Instituto Nacional de Cáncer, situado en Rockville (Maryland, sureste), dirigido por la doctora Catherine Schairer, estudió el historial clínico de 46.355 mujeres menopáusicas seguidas médicamente entre 1980 y 1995.
De este total, se detectó cáncer de seno en 2.082 casos.
Resultados preocupantes
Los investigadores constataron que el riesgo de sufrir cáncer de seno es un 20 por ciento más importante en las mujeres que siguieron durante menos de cuatro años un tratamiento a base de estrógenos con respecto a las no tratadas.
Pero el riesgo se elevó a un 40 por ciento en aquellas que combinaron estrógenos con progesterona.
"Nuestros resultados indican que la combinación estrógenos-progesterona está ligada a aumentos de cáncer de seno más importantes que con el estrógeno solo", escribió la doctora Schairer.
Para las pacientes nuevas sometidas a este tratamiento combinado, los investigadores determinaron que el riesgo se eleva hasta el 8 por ciento por cada año de utilización, lo que significaría que después de diez años de tratamiento, el riesgo de padecer un cáncer de seno se eleva al 80 por ciento.
Según la empresa farmacéutica Wyeth-Ayerst Laboratories, alrededor de 8,6 de millones de mujeres en Estados Unidos siguen un tratamiento a base de estrógenos y progesterona.
Por otra parte, 12 millones de mujeres que fueron sometidas a una histerectomia (ablación del útero) toman estrógenos.
Muchas mujeres menopáusicas no presentan ningún síntoma. Sin embargo, entre un tercio y un cuarto de ellas sí se tiene que someter a un tratamiento hormonal.
Estas hormonas están destinadas a atenuar los síntomas de la premenopausia (problemas con la menstruación, acaloramiento, sequedad vaginal, insomnio) y las manifestaciones patológicas producto de la retirada definitiva de la regla (problemas musculares, osteoporosis, dolores de cabeza).
También son usadas para prevenir a largo plazo los riesgos de una fractura ligada a la osteoporosis y las enfermedades cardiacas.
"Este estudio es importante porque pone claramente de manifiesto un riesgo muy cierto de cáncer de seno. Inclina la balanza más del lado de los riesgos y esto complica singularmente la ecuación", explicó el doctor Walter Willett, especialista en estas cuestiones de la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard (Massachusetts).
"Las mujeres van a tener que hablar de este problema, que lo evalúen con su médico y que examinen con él las razones que justifican este tratamiento y las otras opciones disponibles".