Washington
Los cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) realizarán este miércoles una tensa reunión de consulta en Washington sobre la situación en Venezuela, con el posible impulso a un grupo para facilitar un nuevo diálogo en ese país.
El objetivo es discutir la crisis que paraliza al gigante petrolero sudamericano, en un escenario marcado por masivas protestas que duran ya dos meses y han dejado hasta ahora un saldo de 60 muertos.
Sin embargo, la discusión a nivel de cancilleres deberá ocurrir sin la presencia de Venezuela, ya que el país inició el 28 de abril el proceso formal de salida de la OEA, tras la convocatoria de esta reunión.
Este martes existían dos proyectos de declaración protocolados ante la OEA a ser discutidos: una presentada por Perú, Canadá, Estados Unidos, México y Panamá, y la otra por Antigua y Barbuda.
Esta última sugiere el establecimiento de un grupo de contacto para facilitar y mediar un nuevo proceso de diálogo y negociación entre las partes en Venezuela.
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"El grupo estaría conformado por personas aceptables para el Gobierno y la Asamblea Nacional", señala la propuesta.
Este mismo martes, un alto funcionario del Departamento estadounidense de Estado dijo se discutirá "la posibilidad de crear un grupo especializado, de países seleccionados para acompañar un nuevo proceso de mediación o negociación".
Apoyo
Por su parte, el canciller mexicano, Luis Videgaray, dijo que su país estaba dispuesto a "asistir el proceso de acuerdo político mediante la mediación en Venezuela".
A su vez, el presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Julio Borges, envió una carta pública a los cancilleres de la OEA pidiendo "la conformación de un grupo de países amigos que puedan venir a Venezuela a constatar el estado de nuestra democracia".
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En líneas generales los dos proyectos piden al gobierno de Venezuela que desista de su iniciativa de convocar una Asamblea Constituyente que redacte una nueva carta magna.
También piden la adopción de un calendario electoral, el cese de la violencia y el fin de detenciones arbitrarias, la liberación de las personas detenidas por razones políticas y la aceptación de asistencia humanitaria por parte del gobierno.
El 26 de abril, el Consejo Permanente aprobó la convocatoria de los cancilleres, una decisión que fue adoptada por 19 votos a favor, 10 en contra y cuatro abstenciones.
La convocatoria de la reunión de cancilleres fue el gesto que llevó al Gobierno a iniciar su salida de la OEA, un proceso que tomará dos años en completarse.