Los sudaneses comenzaron el año 2005 con un prudente optimismo tras la firma de dos protocolos de paz entre los rebeldes del sur y el gobierno, que podrían poner fin a la guerra más larga de África.
Los dos protocolos firmados el pasado 31 de diciembre en Naivasha, Kenia, por el Gobierno y el Ejército Popular de Liberación de Sudán (EPLS), permiten avanzar hacia un acuerdo más completo para apagar definitivamente el conflicto que desde hace 20 años asuela el sur del país.
La guerra civil entre el régimen controlado por la minoría árabe y los rebeldes de etnia africana, que se desarrolla en esa zona desde la década de 1980, ha cobrado la vida de más de dos millones de personas a causa de los combates y del hambre y las enfermedades generadas por la contienda.
En el primer protocolo, ambas partes se comprometieron a respetar un alto el fuego indefinido; mientras que en el segundo fijaron los mecanismos de aplicación de ese compromiso y de los otros seis adoptados anteriormente.
Como testigos del acuerdo estaban presentes el presidente de Sudán, Omar Hasan Al-Bashir, el de Sudáfrica, Thabo Mbeki, y el vicepresidente de Kenia, Moody Awori.
Junto con ellos estuvieron los jefes de los equipos negociadores, encabezados por el vicepresidente sudanés, Ali Osman Taha, y el líder del EPLS, John Garang.
Tiempo de transición
Un primer período interino de seis meses se iniciará el 9 de enero con una ceremonia que tendrá lugar en Nairobi, para marcar la declaración del acuerdo, afirmó Taha el sábado.
"El acuerdo que firmamos en Naivasha es el final, y lo que tendrá lugar en Nairobi es solo una declaración al mundo entero", destacó Taha, quien fue recibido en las calles de Jartum con gritos de "aleluya".
Agregó que, durante este período provisional, serán creadas instituciones políticas, ejecutivas y legislativas en las que participarán todas las fuerzas políticas del país, incluidas el EPLS y grupos de oposición.
Este lapso será precedido por otro de seis años tras los que, a través de un referendo supervisado internacionalmente, los sudaneses sureños decidirán independizar o no esa región del islamizado norte del país.
Pese al estado de emergencia vigente en Sudán y que prohíbe las manifestaciones no autorizadas, los sudaneses celebraron la firma de los protocolos con marchas, canciones y bailes en varias ciudades, sin que interviniera la Policía.