Guatemala
El Congreso de Guatemala retiró el martes la inmunidad al presidente Otto Pérez Molina, y abrió la posibilidad de que sea procesado penalmente por sus presuntos vínculos con un masivo fraude fiscal que ha sumido al país en una crisis política sin precedente en la historia reciente.
Los 132 diputados presentes (se necesitaba el voto de al menos 105) acogieron el dictamen de una comisión parlamentaria que recomendó levantar los fueros al mandatario.
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El vocero presidencial, Jorge Ortega, aseguró que el mandatario respeta el fallo y que enfrentará la Justicia. “El presidente está consciente del nuevo escenario, que no era el más deseado pero era muy probable” , dijo
El retiro de la inmunidad no remueve a Pérez Molina de la presidencia, pero permite que se le procese como a cualquier otro ciudadano y que un juez eventualmente pueda solicitar su detención.
Pérez, un general retirado de 64 años que llegó al poder en el 2012, está acusado de liderar una red de corrupción denominada "La Línea" que cobraba sobornos a empresarios para la evasión de impuestos en el sistema nacional de aduanas.
El presidente fue involucrado en el caso por la Fiscalía y la Comisión Internacional de la ONU contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), que solicitaron el 21 de agosto a la Corte Suprema de Justicia que autorizara un proceso para quitarle la inmunidad ante indicios de su participación en el esquema.
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Esos indicios consisten en una conversación telefónica en la que ordena cambios de personal en las aduanas, algo que se interpreta como una injerencia para facilitar la operación ilícita.
Adriana Beltrán, analista sobre Guatemala de la organización Oficina en Washington para América Latina (WOLA, por sus siglas en inglés) , calificó la determinación legislativa como un “extraordinario” mensaje para quienes han reclamado por cambios políticos y judiciales.
“Aquellos que en un determinado momento fueron considerados intocables pueden ser llevados a la Justicia” , comentó.
El caso, destapado inicialmente por la Fiscalía y la Cicig en abril pasado, precipitó en aquel momento la renuncia de la vicepresidenta, Roxana Baldetti, quien fue detenida en forma preventiva por su presunto papel en el caso.
Guatemala celebrará elecciones el próximo 6 de setiembre y, pese a que Pérez ha dicho que no renunciará, la incógnita radica en si llegará al 14 de enero —día del cambio de gobierno— para entregar la banda presidencial a quien resulte electo.
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La ley guatemalteca estipula que el presidente debe cesar en el cargo si un juez ordena su prisión preventiva.
Miles de personas exigen la renuncia de Pérez en manifestaciones callejeras que se han sucedido en los últimos meses. Instituciones como la Contraloría General de Cuentas o la Procuraduría General de la Nación también han reclamado su dimisión.
Jolgorio. En las afueras del Congreso, cientos de personas celebraron la decisión y se escucharon fuegos pirotécnicos.
“¡Excelente, es un paso adelante para Guatemala!” , expresó Gerardo Corzo, un jubilado de 71 años, quien acudió al lugar acompañado de su mujer.
“Se demuestra con esta decisión que el pueblo y su accionar colectivo obtiene resultados, pero esto es solo el principio” , opinó Byron Garón, coordinador del Colectivo de Estudios Rurales Indígena Ixim. “Ahora queremos que se le juzgue a él y a su vicepresidenta, se le condene y le devuelvan a Guatemala todo lo que le robaron”.
Familias tomándose selfies, estudiantes y grupos de amigos con banderas de Guatemala se agrupaban luego del fallo frente al Palacio de Gobierno, entre gritos de “¡Sí se pudo!” y “¡Otto, te vas a ir al bote!” , en alusión a la cárcel.
Antes de la sesión, algunas personas formaron una valla para ayudar a los diputados a ingresar al Congreso luego que manifestantes a favor del mandatario bloquearon la entrada al edificio y no permitían el ingreso de empleados y legisladores.
Por la tarde, después de la votación, la gente no dejaba de agitar sus banderas afuera del Congreso y, contrario a los insultos que algunos diputados recibieron previo a la sesión, la gente lo abrazaba y saludaba mientras abandonaban el recinto.
“Su insistencia de no renunciar (de Pérez Molina) me causó frustración, pensé que no le quitarían la inmunidad”, manifestó Marcela Fernández, una maestra de primaria. “Esto es un paso que ojalá sigamos manifestando cuando haya otras injusticias”.
(Nota del editor: información actualizada a las 6:50 p. m. del martes 1.° de setiembre)