Ciudad del Vaticano
El papa Francisco insistió este martes en "el sagrado deber" de acoger y proteger a los emigrantes, en un discurso en el que condenó "la demagogia populista" que alimenta el temor por el migrante.
En una audiencia en el Vaticano concedida a los participantes en el VI Foro internacional sobre "Migración y paz", el papa lamentó la situación de los emigrantes y refugiados y criticó el hecho de que "un grupo de individuos controle los recursos de medio mundo".
El papa argentino, hijo de emigrantes italianos, es muy sensible al tema y no se descarta que convoque un sínodo o asamblea de obispos de todo el mundo sobre el tema de la migración que tanto le preocupa.
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"Es impresionante el número de personas que emigran. Se trata del mayor movimiento de personas y de pueblos de todos los tiempos", reconoció el papa.
En su discurso, Francisco explicó que "la integración no es asimilación ni incorporación" y que debe ser un proceso basado en el "reconocimiento mutuo de la riqueza cultural del otro", dijo.
"Frente al rechazo, que surge en última instancia en el egoísmo y es amplificado por la demagogia populista, urge un cambio de actitud, para superar la indiferencia y para contrarrestar los temores con un generoso recibimiento para aquellos que vienen a golpear nuestra puerta", instó el papa.
"Una recepción responsable y digna de nuestros hermanos y hermanas comienza por ofrecer una vivienda digna y adecuada", agregó el pontífice, quien desde el inicio de su pontificado en 2013 pide acoger y proteger a los emigrantes.
"Para aquellos que huyen de la guerra y de persecuciones terribles, con frecuencia atrapados en organizaciones criminales sin escrúpulos, es necesario abrir canales humanitarios accesibles y seguros", reiteró.
Francisco escuchó también el testimonio de varios refugiados, entre ellos el de una peruana que emigró a Chile, así como el de un grupo de irlandeses en Canadá.
"Santidad, pida que los refugiados no sigan arriesgando sus vidas en el desierto y en el mar", le suplicó uno de ellos.