Santiago de Chile. El general Augusto Pinochet fue recibido hoy como un héroe por el Ejército y sus partidarios a su llegada a Chile tras cumplir 503 días de detención en Londres y realizar un viaje de 24 horas en un Boeing 707 del que descendió luciendo un saludable aspecto.
Los actos de bienvenida organizados por el Ejército y la Fundación Pinochet tuvieron un marcado carácter festivo, con bandas de música popular, lluvia de papeles y ondear de banderas chilenas y pañuelos blancos.
El formato de la ceremonia organizada por el Ejército desagradó al Gobierno, que recriminó al comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta, y le expresó su malestar por haber organizado una bienvenida de carácter festivo.
"Bajo las condiciones en que el general ha sido liberado en Londres se organiza una fiesta con bandas de música, y eso no parece prudente", declaró el ministro del Interior, Raúl Troncoso, minutos antes de la llegada del octogenario general.
Agregó que es "una falta de criterio" organizar una fiesta cuando Pinochet ha sido liberado por razones humanitarias en atención a su deteriorado estado de salud.
Sin embargo, tras la llegada del senador vitalicio, Raúl Troncoso comentó que la ceremonia organizada por las Fuerzas Armadas en el aeropuerto "fue mesurada" y estuvo "dentro de lo que correspondía".
La polémica se trasladó entonces al estado de salud del general que, contrariamente a lo que todos esperaban, descendió con un aspecto saludable y, caminando por su propio pie, se acercó a saludar a los jefes de las Fuerzas Armadas y de Carabineros, con los que departió por más de 20 minutos.
"No puede ser un bochorno de ninguna manera, porque el hecho de que una persona baje caminando de un avión no significa que esté en condiciones de comparecer en un juicio y ese es un tema que tendrán que resolver los tribunales chilenos", dijo el ministro Troncoso al ser interpelado por la prensa
El avión que trasladó a Pinochet, a su esposa y a un nieto, aterrizó a las 10.27 (13.27 GMT) en el terminal aéreo de la Fuerza Aérea situado en el aeropuerto internacional de Santiago.
En el recinto militar aguardaban a Pinochet unas 150 personas, entre ellas la cúpula de las fuerzas armadas, del empresariado chileno, y ex ministros y colaboradores del régimen que Pinochet dirigió entre 1973 y 1990.
La llegada del militar estuvo marcada por la participación de la banda de música del Ejército y los aplausos de los asistentes. La ceremonia finalizó a los veinte minutos, cuando el ex jefe castrense se subió al helicóptero "Super Puma" que le trasladó al Hospital Militar para ser sometido a una serie de exámenes médicos.
En las inmediaciones del recinto, más de 6.000 personas, según carabineros, esperaban al general con banderas chilenas y agitando pañuelos blancos para manifestar su apoyo al senador vitalicio, que entró en silla de ruedas al hospital, donde se someterá a un chequeo médico.
El senador vitalicio llegó al recinto hospitalario fuertemente custodiado por una docena de "boinas negras" que formaron una "muralla humana" alrededor del ex jefe del Ejército para preservar su seguridad.
Un grupo de helicópteros "UH Bell" realizó un vuelo de reconocimiento antes de la llegada del "Super Puma" que transportaba al ex comandante en jefe del Ejército.
En los tejados aledaños podía observarse la presencia de personal del Ejército y Carabineros fuertemente armado, para evitar atentados.
Los seguidores de Pinochet entonaron el himno nacional a la llegada de Pinochet y su esposa, Lucía Hiriart, saludo a los presentes.
El transito de vehículos, especialmente intenso en esa zona de la ciudad, fue cortado en una área de un kilómetro cuadrado aproximadamente.
Los manifestantes esperaron la llegada del senador vitalicio danzando al son de la "cueca" (el baile tradicional de Chile) y lanzando consignas en favor de Pinochet e insultos al presidente de la República, el democristiano Eduardo Frei.
Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, La Nación Digital. Fuente: agencias.