En su primera comparecencia ante la Cámara de Diputados, Abe señaló que quiere cambiar la Constitución para que su país pueda tener un papel militar más relevante junto a Estados Unidos, así como reformar la educación para inculcar el patriotismo y reavivar las virtudes de la tradición nipona.
“Estoy preparado para tomar el liderazgo y dedicar mi corazón y mi alma para hacer de Japón un país hermoso donde la generación de nuestros hijos se sienta segura y orgullosa de sí misma, y la gente del mundo les admire y respete”, afirmó el Primer Ministro.
El mandatario, de 52 años, que tomó posesión de su cargo el martes, desea también reparar las relaciones diplomáticas con China y Corea del Sur, y reconstruir las finanzas públicas con recortes drásticos en el gasto antes de llevar a cabo aumentos de impuestos.
Para enfrentarse a todos estos objetivos, que ya había avanzado durante su campaña electoral, Abe quiere dar más poder a la oficina del primer ministro.
Abe desea reforzar la alianza estratégica de Japón con Estados Unidos con una mayor presencia de sus tropas en misiones de paz o de defensa colectiva, pero para ello necesita reformar la Constitución.
Según el artículo 9 de la Carta Magna, “redactada hace casi 60 años cuando Japón se hallaba ocupado” (por EE. UU., tras la II Guerra Mundial), recordó Abe, Japón renuncia a la guerra, a tener un ejército y al uso de la fuerza para resolver disputas internacionales.
“Voy a estudiar con cuidado los casos concretos en los que el uso de la defensa colectiva, que prohíbe la Constitución, es aplicable”, dijo.