Brasilia
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, que buscará la reelección en una semana, aceptó este sábado que "hubo" desvíos de dinero de la estatal Petrobras y aseguró que "hará todo lo posible para resarcir" lo robado al país.
Un esquema de sobornos a políticos y sobreprecio en contratos en la petrolera fue revelado recientemente por un exdirector de la empresa a cambio de una reducción de pena por lavado de dinero. Ninguna de estas denuncias ha sido probada.
"Nadie sabe hoy aún lo que debe ser resarcido. La llamada 'delación premiada' (el acuerdo para reducir la pena, ndlr.), donde están los datos más importantes, aún no se nos entregó (...). Haré todo lo posible para resarcir al país. Si hubo desvío de dinero público, lo queremos de vuelta. 'Si hubo', no; hubo", indicó la mandataria desde Brasilia, citada por medios de comunicación.
El exdirector de Petrobras entre 2004-2012, Paulo Roberto Costa, denunció la existencia de un esquema de corrupción en la compañía estatal y aseguró que hasta un 3% del valor de varios contratos fue destinado al gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) y a sus aliados, dinero que habría sido usado en la campaña electoral de 2010.
Pero Costa también señaló al fallecido Sergio Guerra, expresidente del opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), del candidato Aecio Neves, de haber recibido un soborno para poner punto final a una comisión parlamentaria que en 2009 investigaba la petrolera, según informó el viernes el diario Folha de Sao Paulo.
La revista Veja, de tendencia opositora, informó el sábado que el soborno habría sido por 10 millones de reales (hoy $4,3 millones).
"Quien comete un crimen, delito o fechoría debe pagar por eso. Nadie está fuera de sospecha en Brasil. Quien no tenga principios éticos con el dinero público, debe pagar por eso. Es interesante notar que la información filtrada afecte a todos los lados. No es que sea bueno (que haya corrupción), no estoy celebrando", dijo Rousseff.
El PSDB pidió que se investiguen con rigor todas las denuncias.
El 26 de octubre, Rousseff y Neves se enfrentan en la segunda vuelta electoral. Los últimos sondeos los colocan empatados técnicamente, con una leve ventaja para el opositor.
El escándalo de corrupción en Petrobras ha sido usado por Neves en su campaña electoral para atacar al gobierno.