Pekín. AFP. Manifestantes de la etnia Han, mayoritaria en China, salieron ayer a la calle en Urumqi para exigir más seguridad a raíz de agresiones con jeringas, dos meses después de sangrientos disturbios étnicos en la capital del Xinjiang musulmán (noroeste), según testigos.
Numerosos policías se desplegaron en Urumqi, donde la tensión era palpable, y exhortaron a sus habitantes a permanecer en casa debido a las manifestaciones, desencadenadas al parecer por cientos de misteriosas agresiones con jeringas, afirman los testigos.
La Bingtuan Television, con sede en Xinjinag, anunció que “desde el 20 de agosto” 476 personas fueron agredidas de esta manera. Este canal oficial confirmó que la policía había detenido a 15 presuntos asaltantes y que cuatro de ellos serían procesados. “Los culpables serán castigados duramente”, aseguró.
Wang Lequan, jefe del Partido Comunista Chino de Xinjiang, hizo un llamado a la calma a los manifestantes, pidiéndoles que “dieran muestras de contención”, había señalado con anterioridad la agencia oficial de noticias China Nueva.
Urumqi fue escenario a comienzos de julio de disturbios interétnicos entre hanes y uigures, la etnia mayoritaria en Xinjiang de lengua turca y religión musulmana, en los que murieron al menos 197 personas, según estimaciones oficiales, pero “muchas más”, según la oposición uigur en el exilio.
Los testigos contaron que ayer una muchedumbre furibunda había salido a la calle para protestar contra los ataques con jeringas. Algunos hablaban de miles de manifestantes.
Grandes multitudes. China Nueva, que menciona “grandes multitudes” en los diversos barrios de Urumqi, asegura que había un millar de manifestantes congregados desde última hora de la mañana para exigir el cumplimiento de garantías en materia de seguridad.
La agencia precisó que “miembros de la comunidad uigur forman parte de los protestatarios”.
Las agresiones, según la agencia China Nueva, tuvieron como blanco a miembros de nueve grupos étnicos, entre los que había hanes y uigures.
El 5 de julio los uigures se enfrentaron a hanes, quienes, armados de palos, se vengaron los días siguientes pese a un imponente dispositivo policial.
China acusó al Congreso Uigur Mundial en el exilio de haber fomentado la violencia.