Predicadores en las mezquitas iraquíes exigieron que Estados Unidos designe un gobierno para restaurar el orden, después de que el presidente George W. Bush declaró que la guerra virtualmente había acabado.
Muchos iraquíes están contentos con el derrocamiento de Sadam Husein, pero señalaron que las tropas estadounidenses deben marcharse lo más pronto posible.
“Queremos preguntarles a Estados Unidos y sus aliados dónde están sus dulces promesas. Ahora es el momento de cumplir con ellas”, indicó el jeque Ahmad al-Issawi en un sermón en la mezquita Abdel-Qader Kilani, en Bagdad.
“¿Dónde está el gobierno?”, preguntó. “Instalen un gobierno lo más pronto posible, incluso si es un gobierno de emergencia”.
“Mantengan la seguridad y protejan las propiedades públicas y privadas de quienes ahora quieren saquear todo y restablezcan los servicios públicos, el agua y la electricidad”, agregó Issawi.
Inseguro
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, dijo en Londres que la inseguridad permanecía por todas partes.
“Sería un terrible error pensar que Iraq posee ahora un ambiente completamente seguro y pacífico. No es así, es peligroso”, aseguró después de reunirse con el primer ministro británico, Tony Blair, al final de su viaje por Iraq y Afganistán.
“Hay gente que está lanzando granadas de mano. Hay quienes están disparando a otros. La cosa no ha concluido, así que no debemos dar la impresión al mundo de que ha terminado”, expresó.
Las conversaciones entre Rumsfeld y Blair cubrieron los esfuerzos para una rápida reconstrucción y ayuda humanitaria para Iraq y Afganistán.
En Washington, un funcionario estadounidense dijo que el gobierno de Bush había escogido a Paul Bremer, exdiplomático que dirigió los esfuerzos antiterroristas del Departamento de Estado, como el administrador civil de la reconstrucción de Iraq.
El funcionario dijo que Bremer reemplazaría al general retirado Jay Garner como la principal autoridad civil estadounidense en Iraq.
En la tensa ciudad occidental de Falluja, un predicador musulmán exhortó a sus compatriotas a no luchar contra los soldados estadounidenses que mataron a 15 manifestantes a principios de esta semana.
“Quiero decirles a todos aquí, en Falluja, que no ataquen a los estadounidenses. Si lo hacen, los matarán”, dijo un predicador a los fieles en una mezquita frente a un puesto militar de las fuerzas de EE. UU.