Madrid mostró ayer su furia después de que el parlamento vasco aprobó un plan para otorgar a la región una virtual independencia de España, un resultado alarmante que representa una señal de desafío al gobierno central.
La propuesta del jefe de la comunidad autónoma vasca, Juan José Ibarretxe, un nacionalista moderado, obtuvo la aprobación en la asamblea regional a última hora del jueves gracias a los votos del bloque Sozialista Abertzaleak (SA, exBatasuna, el ilegalizado brazo político de ETA).
"El Plan nace así con el estigma de los votos de Batasuna, lo que prueba definitivamente que es una propuesta de ruptura e independentista que no reune el consenso ni del pueblo vasco, ni del pueblo español", dijo el gobernante Partido Socialista en una declaración.
La principal oposición, el Partido Popular (PP), que adoptó una línea dura contra ETA y Batasuna durante sus ocho años en el poder, fue un poco más lejos en su condena: "El plan Ibarretxe, a partir de hoy, es el plan de la ETA", indicó.
Ibarretxe presenta su plan como un medio para terminar con la campaña de bombas y muertes de ETA, en las que fallecieron 850 personas desde 1968. En un discurso de ayer, dijo que la votación del plan era "el primer paso para la solución del problema vasco".
Pero los socialistas y el PP dicen que es una violación inaceptable de la constitución española.
Ambos partidos pueden garantizar que el plan será derrotado cuando llegue al parlamento nacional, pero a pesar de ello la votación de la asamblea vasca pone al presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en una posición incómoda.
Capital político
El plan solicita la realización de un referendo en el País Vasco para plasmar su autodeterminación y un Ibarretxe desafiante dejó ver ayer que continuará con su presión sin importar lo que ocurra en Madrid.
"He pedido al gobierno que negocie (sobre el plan) un proceso de negociación que culminará con la consulta democrática a la sociedad vasca", indicó.
Zapatero ha relanzado sus contactos con Ibarretxe desde que asumió el poder en abril, a diferencia de su antecesor, José María Aznar, quien estuvo dos años sin hablar con el jefe de la comunidad vasca.
"Ibarretxe y ETA retan al estado, Zapatero tiene que defenderlo", fue el título de la editorial del periódico derechista El Mundo . En sus líneas dijo: "Zapatero no debe dudar en utilizar todos los medios legales para responder a este desafío".
El líder socialista ha depositado mucho de su capital político en su talante para negociar. Pero el inesperado apoyo de Sozialista Abertzaleak a Ibarretxe dejó a Zapatero en peligro de parecer blando ante los separatistas.
El PP ha amenazado con enviar a Ibarretxe a la cárcel si continua con su referendo, pero los socialistas han elegido un acercamiento menos frontal.