Al menos así lo aseguró ayer luego de sostener breves encuentros, tanto con el nuevo presidente nicaragüense, Enrique Bolaños, como con el mandatario saliente, Arnoldo Alemán.
Para Rodríguez, existe una nueva voluntad de las autoridades de esta nación vecina que "en pocas semanas" podría estar dando frutos positivos para la relación entra ambos países.
Esta se deterioró a partir de junio de 1998 cuando se prohibió la navegación de policías costarricenses armados por el cauce fronterizo.
El mandatario participó aquí en los actos del traspaso de poder celebrados en el estadio nacional Dennis Martínez.
Ataviado con elegante traje oscuro, y una vez finalizadas las actividades oficiales, Rodríguez llegó a las 4:20 p. m. de ayer al hotel Intercontinental Managua con una amplia sonrisa.
Gran avance
Distendido, el Presidente se sentó unos minutos y relató a La Nación la razón de su buen estado de ánimo. "Yo estoy convencido porque él me lo ha dicho directamente que con el Presidente Bolaños vamos a tener un gran avance".
En clara referencia al lío por el San Juan, Rodríguez insistió en que las "espinitas" con que Bolaños describió las diferencias en la relación binacional, lograrán su solución "en las próximas semanas".
Pero también tenía otra razón para no ocultar su optimismo: "Quiero decirle también que el expresidente Alemán me indicó anoche (el miércoles) que él quiere ayudar en todo lo posible a mejorar las relaciones con Costa Rica. Así, ambos me han expresado su deseo de trabajar para que podamos mejorar todo lo posible las relaciones".
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