San Salvador
El Salvador, en donde la violencia generada por las pandillas ha tenido un repunte en un pulso con las acciones de represión de las autoridades, registró solamente este jueves 51 asesinatos, informó este viernes las autoridades.
"Sí, hemos tenido el jueves 51 asesinatos, ha sido un día violento", aseguró a la prensa el viceministro de Justicia y Seguridad, Juan Javier Martínez.
Cifras de la Policía Nacional Civil (PNC) indican que de los 51 homicidios ocurridos, 15 de ellos se registraron en el departamento de San Salvador, donde se ubica la capital, mientras que el resto se distribuye en otros nueve departamentos del país.
Martínez, al igual que otros funcionarios del gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén, señaló que el alza de los homicidios es "una reacción de las pandillas ante la mayor operatividad de las autoridades que han llevado tanto a la Policía como a la Fuerza Armada a incrementar en el terreno su labor de combate a la criminalidad".
"En la medida que nosotros enfrentemos a la delincuencia como lo estamos haciendo en el terreno, debemos estar claros que van a haber muertos", sostuvo el viceministro de Justicia y Seguridad.
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Según ha señalado en repetidas ocasiones el director de la Policía, Mauricio Ramírez, los principales causantes de la violencia homicida en el país son las violentas pandillas, recientemente calificadas por la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia como agrupaciones terroristas.
En medio de la ola de violencia, este viernes fue encontrado el cuerpo de un agente de la Policía en la zona rural del departamento de San Vicente, 65 km al sureste de San Salvador, con lo que suman 46 los agentes asesinados durante el año en esta nación centroamericana.
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El agente, identificado como el cabo Moris González, desaparecido desde el pasado martes, al parecer, fue asesinado por miembros de alguna pandilla, señaló la Policía.
Las cifras oficiales de crímenes indican que de enero a julio se registraron en El Salvador 3.332 asesinatos contra 2.191 en el mismo período de 2014.
Los crímenes son, en gran parte, atribuidos a las pandillas, las cuales cuentan con unos 72.000 miembros, 13.000 de ellos alojados en prisión.