Aún cuando las encuestas anticipan un triunfo del socialista Tabaré Vázquez en los comicios presidenciales del domingo, su principal rival Jorge Larrañaga, del Partido Nacional afirma que habrá una segunda ronda el 28 de noviembre y que él será el presidente de Uruguay.
De acuerdo con la Constitución, si ningún candidato obtiene la mayoría absoluta en los comicios, los dos principales aspirantes deberán enfrentarse en una segunda ronda el 28 de noviembre.
El candidato presidencial izquierdista Tabaré Vázquez, del Frente Amplio, no tiene dudas que ganará en la primera.
“No hay encuesta que se resista a decir que estamos por debajo del 50%”, afirma Vázquez. Algunas, sin embargo, lo ubican con un 48 o 49%.
A Larrañaga las encuestas lo ubican con un 30%, pero el asegura: “Somos la única fuerza que está creciendo.
Hechos pasados
La afirmación de Larrañaga se sustenta en los comicios anteriores, en los cuales Vázquez ganó la primera vuelta pero no obtuvo la mayoría absoluta y fue derrotado por Jorge Batlle en la segunda ronda, gracias al apoyo que dio el Partido Nacional al Partido Colorado.
Larrañaga dijo el martes, en el cierre de su campaña montevideana, que el partido Nacional representa el centro nacional y no necesita mirar modelos ajenos ni pedir o dar solidaridades internacionales.
Aludía a que el senador Danilo Astori, quien podría ser el ministro de Economía en un gobierno del Frente Amplio, dijo que aplicará recetas ortodoxas y resaltó la política económica que impulsa el presidente Luis Inacio Lula da Silva en Brasil.
Y el candidato presidencial colorado, Guillermo Stirling, dijo ayer en un programa radial: “hoy estamos a miércoles y le digo que Uruguay va a tener una sorpresa”.
Stirling, quien figura con un lejano 10% de apoyo en las encuestas, no dio más detalles pero señaló que la sorpresa será muy positiva.
“Tenemos una serie de elementos que (indican) que el partido Colorado tendrá una votación muy buena”, dijo.
Stirling fundamenta sus esperanzas de una recuperación ante la mejora de la situación económica del país, tras la agobiante crisis del 2002.