Túnez. AFP y AP. El partido islamista mayoritario en la coalición gobernante en Túnez rechazó ayer la decisión de su propio primer ministro de formar un gobierno tecnocrático no partidista para calmar a los críticos, en un indicio de que la crisis política causada por el asesinato –la víspera– de un prominente opositor izquierdista no se acerca a su fin.
El anuncio del partido Ennahda crea dudas sobre las probabilidades de éxito para resolver una de las peores crisis que ha enfrentado Túnez desde su revolución hace dos años, y deja claro que existen divisiones no solo entre el gobierno y la oposición, sino dentro de la coalición oficialista.
El principal sindicato del país declaró una huelga general para hoy en protesta por el asesinato, medida que paralizaría el país y muy probablemente inflamará tensiones ya altas luego de que Chokri Belaid, un fuerte crítico del Gobierno, fue baleado en las afueras de su casa –el miércoles– por asaltantes no identificados.
La última huelga general en Túnez, el 14 de enero del 2011, fue una de las causas de la caída de Zine El Abidin Ben Alí , quien huyó ese día hacia Arabia Saudí.
La jornada de ayer estuvo marcada por nuevos enfrentamientos entre centenares de manifestantes y policías en distintas ciudades del norte y este del país. Los disturbios fueron, sin embargo, menos graves que los del miércoles, cuando un policía falleció en los choques que implicaron a 4.000 personas.
Esperanza en picada. Túnez ha sido visto como un modelo luego que una sublevación popular derrocó a Ben Alí y desató la Primavera Árabe, pero la violencia política y las acusaciones de negligencia gubernamental han ensombrecido las esperanzas. La nueva crisis ha creado temores de que el país no sea una excepción al torbellino que vive la región.
La agrupación islamista Ennahda estuvo reprimida durante mucho tiempo por Ben Alí, pero tras el derrocamiento de este, en enero del 2011, el movimiento dominó las elecciones y ahora es la mayoría en una coalición con dos partidos seculares.
Las relaciones entre el Gobierno y la oposición se han deteriorado en meses recientes y las conversaciones sobre una reestructuración gubernamental no habían producido resultados hasta la crisis. Mientras, críticos como Belaid habían acusado al Gobierno de emplear a matones para atacar reuniones opositoras.
La huelga de hoy llega en un contexto económico y social muy difícil en el país, con constantes manifestaciones, reprimidas por la Policía, para protestar contra el desempleo y la miseria, dos de las causas de la revuelta del 2011.