Shanghai . El presidente peruano, Alejandro Toledo, instó ayer al primer ministro de Japón, Junichiro Koizumi, a que extradite al destituido presidente Alberto Fujimori, refugiado en Tokio desde noviembre pasado, cuando reciba el pedido de la justicia de Perú.
Toledo se reunió con Koizumi al margen de un almuerzo de líderes del Foro de Cooperación Económica del Asia-Pacífico (APEC), que celebró en Shanghai una reunión cumbre de dos días.
En el encuentro, el presidente peruano garantizó a Koizumi que "no hay ninguna persecución o revanchismo" de parte de su Gobierno con respecto a Fujimori, pero que este debe responder a la justicia peruana, porque cometió sus presuntos delitos en Perú.
No se puede
Pero Koizumi reiteró la posición de su Gobierno: como Fujimori es ciudadano japonés debe ser juzgado en Japón.
No obstante, el Primer Ministro abrió la puerta a solucionar el asunto de otra manera.
"Actualmente estamos considerando varias posibilidades, necesitamos más tiempo para estudiarlas", indicó Koizumi.
Toledo y Koizumi intercambiaron sus números de teléfonos directos para tratar el tema, y nombraron a dos interlocutores.
"Fue una reunión muy productiva, muy franca; dura a veces, abierta, con ambas partes con una predisposición a agarrar el toro por las astas", manifestó Toledo.
"Había un pulseo, había de ambas partes cierta aprehensión, pero una vez que soltamos las cartas para hablar con franqueza se abrió todo", agregó.
"No creo que va a ser fácil mirar esto hacia adelante por el lado legal, pero se encargará el Poder Judicial, el Congreso y la Cancillería", afirmó Toledo, quien aseguró a Koizumi que el Ejecutivo no intervendrá en las decisiones.
"No podemos permitir que el tema Fujimori interfiera con las relaciones de Estado, de país a país", dijo Toledo al Primer Ministro.
"Existía un temor en la mente de él (Koizumi) que en Perú había un sentimiento antijaponés, y ahí yo le he garantizado que los peruanos no tienen nada contra los japoneses ni contra los descendientes de japoneses", afirmó.