Túnez. AFP. El primer ministro tunecino, Mohammed Ghanuchi, anunció ayer un “Gobierno de unión nacional” integrado por tres jefes de la oposición y parte del equipo saliente del presidente derrocado Ben Alí.
Ghanuchi también anunció la celebración de elecciones en un plazo máximo de seis meses.
Tres días después de la caída del régimen y la huida de Zine El Abidine Ben Alí, tras un mes de revuelta popular, el nuevo Ejecutivo se encargará de garantizar el desarrollo de la transición y de preparar las próximas elecciones presidenciales y legislativas.
Ghanuchi además detalló medidas de apertura democrática: libertad total de información, liberación de todos los presos de opinión, levantamiento de la prohibición de actividades para las organizaciones de defensa de los derechos humanos y su legalización. También dijo que todo partido político que lo pida será legalizado.
Último primer ministro de Ben Alí, Ghanuchi aseguró haber formado “un Gobierno que integra los diferentes partidos y los componentes de la sociedad civil”.
Entre los 24 ministros y delegados ministeriales del nuevo gabinete figuran tres jefes de partidos políticos de la antigua oposición al régimen de Ben Alí, que huyó a Arabia Saudí tras 23 años de poder.
Su caída vino luego de una movilización popular sin precedentes contra su régimen y una dura represión policial que dejó un saldo de 78 muertos en todo el país, anunció ayer el ministro de Interior, Ahmed Fría.
En una intervención en la televisión estatal, el ministro dijo que el número de heridos desde que comenzaron las protestas el 17 de diciembre hasta el momento asciende a 94.
La gran mayoría de víctimas se produjeron durante la represión policial de las protestas populares antes de la huida de Ben Alí, cuando las fuerzas de seguridad dispararon a menudo con fuego real contra los ciudadanos.
La agitación afectó la imagen del país de nación musulmana moderada y resaltó la incapacidad del Gobierno para brindar oportunidades laborales a sus jóvenes profesionales; razón de fondo que inició las protestas.
Ayer en la capital no hubo peleas entre francotiradores y fuerzas de seguridad pero pocos comercios osaron abrir.