Kiev
Ucrania anunció el domingo la movilización de sus reservistas, tras señalar que Rusia hizo una "declaración de guerra", en momentos cuando las potencias occidentales buscaban una salida al conflicto con Moscú.
"Si el presidente (ruso Vladimir) Putin quiere ser el presidente que empezó una guerra entre dos países vecinos y amigos, está a punto de lograr su objetivo. Estamos al borde del desastre", dijo el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk.
"Es una alerta roja. No es una amenaza, es de hecho una declaración de guerra a mi país", estimó el Primer Ministro.
"Exigimos al presidente Putin la retirada de sus fuerzas armadas" y a acogerse "a las obligaciones internacionales" y a los acuerdos entre ambos países, añadió el jefe de Gobierno.
En Kiev, unas 50.000 personas se manifestaron el domingo en Maidan, la plaza de la Independencia, constató la AFP. "No nos rendiremos", gritaban, dirigiéndose a Rusia.
Movilización de fuerzas. El director del Consejo de Seguridad Nacional de Ucrania, Andrii Parubii, anunció previamente el despliegue de los reservistas ucranianos para "garantizar la seguridad y la integridad territorial de Ucrania", tras la "violación por Rusia de los acuerdos bilaterales, en especial, respecto a la flota del Mar Negro".
Este domingo, el parlamento ucraniano se reunió en una sesión extraordinaria a puerta cerrada para abordar las medidas a tomar, después de que el senado ruso autorizara el recurso a las fuerzas armadas en territorio ucraniano, a petición de Putin, este sábado.
El presidente interino de Ucrania, Olexandre Turchinov, puso en estado de alerta a las fuerzas armadas ucranianas, a las que muchos consideran mal equipadas y faltas de financiación.
Durante una rueda de prensa en el Parlamento, Yatseniuk instó también a sus "socios occidentales" y a "la comunidad internacional" a que apoyen a "la integridad territorial" de Ucrania y hagan "todo lo posible para detener un conflicto militar provocado por Rusia".
Negociaciones. El anuncio ruso provocó una avalancha de reacciones de los países occidentales.
Poco antes de una reunión de los embajadores de los 28 países de la OTAN, el secretario General de la alianza atlántica, Anders Fogh Rasmussen, instó a Rusia a "cesar sus actividades militares y sus amenazas" a Ucrania y consideró que Moscú "amenaza la paz y la seguridad en Europa".
Por su parte, este domingo, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, advirtió claramente a Rusia que arriesga perder su lugar en el G8.
Kerry advirtió a Putin que "no va a haber un G8 en Sochi, probablemente no continúe en el G8 si esto continúa".
Estados Unidos había exigido el sábado a Rusia el repliegue de sus tropas en Crimea, si no quería verse expuesta a un mayor "aislamiento político y económico" a nivel internacional y a un "profundo" impacto en las relaciones con Washington.
También este domingo, Alemania instó a Rusia a evitar toda intervención militar en Ucrania, estimando que "aún se puede evitar una nueva división de Europa", y Gran Bretaña y Francia anunciaron que suspendían su participación en las reuniones previas a la cumbre del G8, prevista en junio en Sochi.
Este lunes, Los jefes de la diplomacia europeos celebrarán una reunión de emergencia en Bruselas para abordar esta crisis.
El ministro español de Relaciones Exteriores, José Manuel García-Margallo, acortó este domingo su visita de cuatro días a Irán para poder participar en el encuentro.
El papa Francisco instó el domingo a todas las partes en Ucrania a superar la "incomprensión" y llamó a la "comunidad internacional a apoyar cualquier iniciativa favorable al diálogo y la armonía" en este país.
La situación seguía siendo inestable en Crimea y en menor medida en las regiones orientales rusohablantes de Ucrania.
Unos 1.000 hombres armados bloqueaban el domingo la entrada del cuartel de una unidad de guardacostas ucranianos en Crimea con el objetivo de que entreguen las armas, anunció el ministerio ucraniano de Defensa.
El ministro interino del Interior, Arsen Avakov, indicó el domingo que una quincena de "emisarios rusos" intentaron entrar en vano en Crimea para proponer a los oficiales ucranianos un pasaporte ruso y unirse a sus tropas.
El Gobierno central debe anunciar el nombramiento de dos influyentes oligarcas a los puestos de gobernador de las regiones de Donetsk y Dniepropetrovsk, según los medios ucranianos.
En Simferopol, capital de la península, la bandera rusa continuaba ondeando en la sede del gobierno local, si bien los hombres armados que tomaron el parlamento el jueves ya no eran visibles en sus alrededores.