Bangui AFP La alcaldesa de Bangui, Catherine Samba-Panza, fue elegida ayer por el Parlamento presidenta interina de República Centroafricana, con la misión de restaurar la paz en ese país sumido en violencia religiosa.
En sus primeras declaraciones tras la elección, la nueva mandataria lanzó un vibrante llamamiento a deponer las armas.
“Manifiesten su adhesión a mi nombramiento con una señal fuerte, deponiendo las armas”, para que “cese el sufrimiento de las poblaciones”, declaró.
Samba-Panza obtuvo 75 votos, frente a 53 para Désiré Kolongba, hijo de un exmandatario, según el recuento leído en la sala y recibido con aplausos de la asistencia, que entonó el himno nacional.
“Lanzo un llamamiento vibrante a mis hijos antibalaka (milicianos cristianos) que me escuchan y a mis hijos ex Seleka (combatientes musulmanes) que me escuchan también, depongan las armas”, añadió.
“A partir de hoy soy la presidenta de todos los centroafricanos, sin exclusividad. La prioridad es hacer cesar el sufrimiento de la población, restaurar la seguridad y la autoridad del Estado en todo el territorio”, dijo.
Búsqueda de paz. El presidente francés, François Hollande, que desempeña un papel motor en la movilización de la comunidad internacional sobre la crisis en la República Centroafricana –antigua colonia francesa– la felicitó, asegurándole que Francia permanecerá a su lado en la búsqueda de la paz.
Poco antes, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, llamó a una acción inmediata en la República Centroafricana, durante una sesión en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, para crear un puesto de experto independiente sobre ese país.
Esta nación africana está sumida en el caos desde que en marzo de 2013 una coalición rebelde de mayoría musulmana, llamada los Seleka, derrocó al presidente, François Bozizé.
La violencia tomó un tono religioso entre cristianos –un 80% de la población– y musulmanes.
Más de 1.600 soldados franceses se desplegaron hace un mes en el país, en el marco de un mandato de la ONU, junto a unos 4.000 militares de la Fuerza Africana de Mantenimiento de la Paz (Misca).
La Unión Europea (UE) aprobó este lunes en Bruselas una operación militar bajo la bandera del bloque, en apoyo a esas tropas, y la comunidad internacional prometió ayudas por casi 500 millones de dólares en 2014, para poner fin a la grave crisis humanitaria.