Monrovia
Incluso mientras los liberianos enferman y mueren de ébola, más de la mitad de las camas en los centros de tratamiento de la capital están vacías debido a la orden del Gobierno de cremar los cadáveres de las víctimas del virus en la capital, Monrovia.
La cremación va contra los valores y prácticas culturales de los liberianos, y la orden del Gobierno ha preocupado a la población de esta nación de África occidental de manera tal que los enfermos no van al hospital y, si fallecen, los entierran en secreto, lo que hace aumentar el peligro de más infecciones.
La presidenta Ellen Johnson Sirleaf emitió en agosto el decreto sobre la cremación para Monrovia y la zona circundante, y el Gobierno ha comprado un crematorio y contratado a expertos. La orden se emitió después que personas en vecindarios de la capital se negaron a permitir que enterraran a cientos de víctimas de ébola cerca de sus viviendas.
Desde entonces, un análisis reciente de las camas vacías en centros de tratamiento muestra que de 742 camas disponibles, más de la mitad (391) estaban vacías, dijo Tolbert Nyenswah, viceministro de Salud, a cargo de la respuesta del Gobierno al brote.
Al declarar el estado de emergencia y ordenar las cremaciones, Sirleaf reconoció que ello es contrario a la tradición nacional. "El ébola ha atacado nuestra forma de vida" , dijo. Y ese modo de vida incluye honrar a los ancestros.
El segundo miércoles de mayo de cada año, los liberianos acuden en masa a los cementerios para honrar a sus seres queridos en un feriado público conocido como el Día de la Decoración, en que limpian y arreglan lápidas, deshierban los terrenos y decoran las tumbas con flores.
En muchas partes de Liberia la tradición también dicta que los familiares toquen el cuerpo de sus seres queridos antes de enterrarlos. Los cadáveres se mantienen durante días y semanas en las casas y durante ese tiempo los familiares bailan alrededor de los restos, lo lavan y le cortan y trenzan el cabello. Antes del entierro, las congregaciones religiosas también oran muy cerca del cuerpo.
Desde el brote de ébola, las autoridades han ordenado suspender estos rituales en el caso de las víctimas del virus por el peligro que significan. La enfermedad se propaga a través de fluidos corporales de las víctimas y tocar los cadáveres es muy peligroso.
En Liberia, la orden de cremación en la capital y de que en otras partes las víctimas sean enterradas en bolsas sin la presencia de los familiares, ha provocado resistencia. A muchos les cuesta trabajo aceptar que nunca visitarán la tumba de los fallecidos a causa de la enfermedad.
Por lo menos 4.665 personas han sido infectadas de ébola en Liberia y 2.705 han fallecido, según la Organización Mundial de la Salud, que afirma que probablemente hay más casos y fallecimientos.