Washington
Las principales etapas de la intervención militar de Estados Unidos en Afganistán, tras el anuncio del presidente Barack Obama de que mantendrá miles de soldados en suelo afgano más allá de 2016.
Menos de un mes después de los atentados del 11 de setiembre del 2001, el presidente George W. Bush lanza una vasta ofensiva en Afganistán tras la negativa del régimen talibán a entregar al jefe de al-Qaeda, Osama bin Laden. Apenas unas semanas les bastarán a las fuerzas occidentales para derrocar a los talibanes.
Además de la operación aérea, los estadounidenses respaldan el avance de los afganos de la Alianza del Norte con equipos paramilitares de la CIA y fuerzas especiales.
Unos mil soldados estadounidenses se despliegan en el terreno en noviembre. Serán alrededor de 10.000 al año siguiente.
Irak se convierte en la mayor preocupación de Estados Unidos, que se desentiende de Afganistán. Los talibanes y otros grupos islamistas reaparecen en el sur y el este afganos, desde donde pueden llegar con facilidad a sus santuarios en zonas tribales de Pakistán.
Unos 20.000 soldados estadounidenses operan en este lapso en territorio de Afganistán.
Al extenderse la insurrección talibán, el gobierno de Bush enfrenta crecientes críticas por el deterioro de la situación en Afganistán.
El comando estadounidense en el lugar reclama el envío de nuevos contingentes para poder implementar una estrategia contrainsurgente real. George W. Bush acepta enviar unos 17.000 efectivos.
En los primeros meses de la presidencia de Barack Obama -quien durante su campaña prometió poner fin a las guerras en Irak y en Afganistán- el número de soldados estadounidenses en suelo afgano se duplica, alcanzando unos 68.000. En diciembre, Obama, que califica la intervención de "guerra justa", lleva el número de efectivos a 100.000 (los soldados aliados suman 50.000).
El objetivo de Washington consiste en "quebrar el impulso" de la insurgencia talibán y reforzar las instituciones afganas, fundamentalmente las fuerzas armadas.
Esta estrategia se acompaña de la fijación de una fecha de comienzo del retiro de las tropas: julio de 2011.
El 2 de mayo Osama bin Laden muere en una operación de las fuerzas especiales de Estados Unidos en Pakistán.
El 22 de junio, Barack Obama anuncia el inicio del retiro, con la partida antes del verano boreal de 2012, de 33.000 soldados (un primer contingente abandona Afganistán en julio del 2011).
El pasaje total de la responsabilidad de la seguridad a las fuerzas afganas debe completarse a fines de 2014.
A comienzos de mayo del 2014, Barack Obama y su par afgano Hamid Karzai firman un acuerdo de cooperación estratégica de largo plazo que prevé que los 130.000 efectivos de la coalición internacional, dos tercios de los cuales son estadounidenses, deben transferir la responsabilidad global de la seguridad a Kabul antes de que termine el año 2014.
A fines de mayo, Obama afirma que la presencia militar estadounidense será reducida a "la mitad" al concluir 2015, hasta que un año más tarde se complete el retiro de todos los efectivos, con la salvedad de un contingente residual de 200 militares para la seguridad de la embajada.
El 20 de setiembre, Afganistán firma un acuerdo bilateral de seguridad (BSA) con Estados Unidos y uno similar con la OTAN: 12.500 soldados extranjeros, 9.800 de ellos estadounidenses, permanecerán en el país tras el fin de la misión de combate de la Alianza Atlántica.
A partir de comienzos de 2015, las tropas estadounidenses deben hacerse cargo de dos misiones: la realización de "operaciones antiterroristas contra los restos de al-Qaea" y el entrenamiento de las fuerzas afganas.
En marzo, Obama anuncia un enlentecimiento del ritmo de retiro de los soldados estadounidenses, "para no tener que volver" luego.
El 15 de octubre, el presidente decide mantener varios miles de soldados en Afganistán después de 2016, al concluir que las fuerzas afganas no son aún "suficientemente fuertes" como para asegurar la estabilidad del país.