WASHINGTON. AP y EFE. En su viaje de esta semana a Asia, el presidente Barack Obama encontrará una región que está observando la crisis de Ucrania a través del prisma de sus propias tensiones territoriales con China.
Las cuatro naciones en el itinerario de Obama, que son Japón, Corea del Sur, Malasia y Filipinas, tienen una disputa con Pekín por islas en los mares del sur y este de China. Sus líderes estarán ponderando la disposición del mandatario estadounidense a apoyarlos si esos conflictos se desbordan.
“Lo que podemos decir después de lo que ocurrió en Ucrania es que utilizar la fuerza para cambiar el statu quo no es aceptable” , dijo el primer ministro japonés Shinzo Abe, cuyo país tiene una feroz disputa con China.
Funcionarios del gobierno de Obama, incluido el secretario de Defensa Chuck Hagel, adoptaron en semanas recientes una posición más dura sobre los asuntos territoriales, advirtiendo severamente a China que no debe utilizar la fuerza militar y señalando que Estados Unidos ya tiene pactos para defender a Japón.
No obstante, en un intento por mantener buenas relaciones con Pekín, Washington no ha tomado partido en el asunto sobre qué países deberían controlar qué islas.
Proyecciones. Analistas dicen que existen preocupaciones de que China pudiera envalentonarse dada la relativa facilidad con que Rusia arrebató la península de Crimea a Ucrania pese a las objeciones de Estados Unidos, así como por la posibilidad bastante real de que Moscú pudiera tomar más territorio.
Además, algunos en Asia ponen en duda la capacidad de Obama para cumplir sus promesas en materia de seguridad luego de que el año pasado se retractó de lanzar un ataque militar contra Siria.
“Los pesos pesados de la región se asustaron mucho por la decisión sobre Siria”, dijo Douglas Paal, un diplomático estadounidense que pasó mucho tiempo en Asia y ahora es vicepresidente del Fondo Carnegie para la Paz Internacional.
“Ellos nunca habían visto algo así. Han contado siempre con ejecutivos fuertes convenciendo al Congreso o actuando sin su aprobación para garantizar que se honrarán nuestras garantías de seguridad”, afirmó Paal.
El viaje oficial del presidente estadounidense a Japón es el tercero desde que asumió el cargo en el año 2009 y el primero desde la catástrofe del tsunami y el terremoto que sucedieron en el 2011.
Después de su estancia en Japón, Obama viajará el día 25 a Corea del Sur, el 26 a Malasia, el 28 a Filipinas y ese mismo día regresaría a Washington.
Objetivo. La visita de Obama servirá además para que Tokio y Seúl traten de mejorar sus relaciones, después de que el presidente estadounidense auspiciara un encuentro trilateral durante la reunión de líderes del G7 organizada en marzo en La Haya.
Tanto Japón como Corea del Sur pretenden superar sus diferencias sobre cuestiones territoriales e históricas.
El portavoz de la Casa Blanca confió en que estas reuniones tengan un resultado positivo y evitó referirse a los temas concretos que se tratarán durante la gira de Obama por Asia.